La computadora vs. los ojos

Si últimamente ha notado que le duelen los ojos o los siente irritados, si la luz le molesta o padece dolores de cabeza, es muy probable que esté frente a los síntomas de un malestar muy común en nuestros tiempos: el síndrome de la visión por computadora.

En la actualidad, un significativo número de empleos exige que las personas pasen varias horas frente a un monitor. Esto ha traído consecuencias, pues desde hace ya algunos años se comenzó a incrementar el número de casos de gente con un padecimiento llamado síndrome de la visión por computadora (SVC), el cual se manifiesta a través de diversas molestias en los ojos.

Basta con que transcurran de 60 a 90 minutos delante de la pantalla, para empezar a notar síntomas como comezón, irritación, vista doble, enrojecimiento, lagrimeo, dificultad para tolerar la exposición a la luz o la sensación de traer una basurita en el globo ocular. Si los periodos son más prolongados, suele presentarse igualmente dolor de cabeza.

A este conjunto de malestares se le ha denominado SVC por su frecuente relación con el uso de ordenadores; no obstante, el Médico Oftalmólogo Carlos Raúl de Alba explica que el problema no es exclusivo del contacto con estas máquinas, pues también pueden sufrirlo quienes pasan extensos intervalos frente al televisor, leyendo, o realizando otras actividades que requieran fijar durante largo tiempo la mirada. Y es que todas esas actividades provocan que el individuo parpadeé menos de lo normal, y “al hacerlo se reseca la córnea, se cansa al estar enfocando y eso es lo que te da una serie de manifestaciones”, aclara el especialista. Aun así, se considera que el SVC es más común en la actualidad, pues como ya mencionamos hoy más que nunca las personas exponen la vista muchas horas a las computadoras.

LA RAÍZ EN UN PARPADEO

Aunque la cifra varía, podemos decir que en promedio el ser humano parpadea entre 15 y 20 veces por minuto. Pero cuando fija la vista ese movimiento se reduce hasta en un 50 por ciento.

El parpadeo es un mecanismo que sirve para distribuir la lágrima, que a su vez se encarga de lubricar y mantener bien humectada la superficie del ojo, especialmente la córnea. Así, cuando ésta se reseca aparecen las molestias mencionadas: sentir una basurita, ardor, etcétera.

Cabe señalar que no todos los que trabajan con computadoras llegan a tener SVC. Y por lo general el síndrome se presenta en personas completamente sanas, aunque en individuos que sufren de resequedad ocular o blefaritis (inflamación de los bordes del párpado) los síntomas se acentúan todavía más, al igual que en quienes tienen defectos de la visión como miopía o astigmatismo.

El SVC es más común de lo que podría pensarse. Aunque no hay cifras concretas a nivel mundial, en ciudades como Madrid, España, se han hecho estudios con los cuales se detectó en el 85 por ciento de la gente que trabaja en oficina. Pero a pesar de esa incidencia, el SVC no se considera una enfermedad, ni siquiera un problema grave.

DETALLES QUE IMPORTAN

El Oftalmólogo De Alba asegura que el SVC se manifiesta de forma diferente en hombres y mujeres, aunque depende de la edad. Tratándose de personas jóvenes en realidad no hay distinción, pero en el caso de las féminas en la menopausia los malestares del síndrome suelen acentuarse más. Esto se debe a que en dicha etapa ocurren ciertos cambios hormonales que involucran de alguna manera la resequedad en las mucosas, en las conjuntivas, lo que ocasiona resequedad.

Otros factores que afectan la visión y aumentan los síntomas del SVC son ambientales. Por ejemplo, si en el lugar de trabajo (o el sitio en el que se lee, se teje, se dibuja o ve televisión) no está bien iluminado. También resulta perjudicial estar frente a un ventilador o rejilla de aire acondicionado, recibiendo aire directamente en los ojos (mientras más cerca del aparato, resulta peor).

Si alguien muestra indicios del SVC y continúa con sus actividades normales, es decir exponiéndose por mucho tiempo a un monitor, no significa que empeorará su condición, aunque tampoco mejorará. De hecho ante la persistencia de las molestias lo indicado es acudir a un oftalmólogo, principalmente para que él confirme si se trata de dicho síndrome y no de otro problema como una infección.

ENTONCES ¿QUÉ HACER?

Para quienes deban pasar periodos prolongados frente a una computadora o bien que su ocupación o rutina sea visualmente demandante, se recomienda hacer pausas al menos cada 40 minutos; esos recesos deben ser de cinco a 10 minutos, durante los cuales hay que realizar cualquier otra actividad que no implique concentrar la vista.

Asimismo, resulta benéfico mantenerse alejado de corrientes de aire y en invierno de aparatos de calefacción.

Resulta fundamental cuidar que el sitio en donde se estará fijando la mirada haya buenas condiciones de iluminación. Y por supuesto asegurarse de que sus ojos estén sanos y no requieran la utilización de lentes, para lo cual es básico realizarse un examen de la vista una vez al año.

Hay otra serie de medidas que puede contribuir al bienestar de nuestros ojos, por ejemplo cuidar que haya al menos una distancia de medio metro entre el monitor y el rostro, y vigilar que la pantalla se encuentre libre de suciedad para que su imagen sea clara. Es aconsejable además mantener limpio el teclado, ya que es frecuente que nos toquemos (involuntariamente) los ojos, y si las teclas están sucias les transmitiremos esa mugre. Los filtros protectores son otra herramienta al alcance, al igual que los lentes dotados de antirreflejante.

En algunas personas puede ayudar la aplicación de gotas hidratantes; desde luego, se recomienda que sea un oftalmólogo quien dictamine en cada caso qué producto es más apropiado.

Correo-e: amiranda@elsiglodetorreon.com.mx

Fuente: Médico Oftalmólogo Carlos Raúl de Alba.