Semana y media después del arranque de las campañas presidenciales en México, los tres principales candidatos compiten por el voto con temas discursivos que hablan de algo "diferente", de un "cambio verdadero" y de que "México va a cambiar", pero sin ofrecernos mayores argumentos sobre a qué se refieren.
Luego de un arranque lleno de tropiezos, con un stream que no funcionaba en la noche del fin de la veda electoral, con la campaña negativa desatada en redes sociales, con el incidente en Tres Marías y con el "Tlazcalazo", Josefina Vázquez Mota intenta recuperarse y armar finalmente la disciplina de la que ha carecido su campaña con un mensaje que solo ella ve como contundente: Diferente.
Con la misma casa en la que ella coordinó la campaña de Felipe Calderón en 2006, rodeada de figuras cercanas a Calderón, como su hermana Cocoa, como Max Cortázar, Antonio Solá o como Roberto Gil, el panista que quiere ser algún día como Felipe Calderón, Josefina Vázquez Mota pide que la gente "vote diferente" sin argumentar en qué radica esa diferencia. Si según ella lo diferente es el género, bien valdría la pena revisar su plataforma electoral y sus propuestas de género para entender si hay o no una diferencia o preguntarle ¿por qué hay tan pocas mujeres en posiciones de liderazgo en su campaña? o ¿en qué sería diferente su administración más allá de argumentar una tibia crítica al gobierno en turno al insinuar que ella se rodearía no sólo de amigos para gobernar? ¿En qué consiste esa estrategia diferente para combatir el narcotráfico? ¿Cuál sería la diferencia con respecto a temas de derechos de grupos indígenas, lésbico-gays-bisexuales-trans, derechos de mujeres? ¿Es Josefina una feminista? ¿De qué tipo?
Hasta ahora, con sus mensajes, con sus spots, con sus tweets y sus entrevistas en radio y televisión, Josefina argumenta una diferencia donde no parece haber más que la oferta de una continuidad.
ANDRéS MANUEL Y SU "CAMBIO VERDADERO"
La campaña de López Obrador parece atrapada en una cápsula del tiempo del año 2006. Fue el único de los tres principales contendientes que prefirió no madrugar con el lanzamiento de su campaña, prefirió hacerlo en un lugar en el que se siente seguro: en una conferencia de prensa mañanera a modo de las que realizaba cuando era jefe de Gobierno del DF. Su sitio web oficial sigue siendo demasiado cuadrado, una página poco interactiva que parece retro en su diseño. A diferencia de la página amlo.si, que sí podría apuntar hacia un cambio verdadero, al menos en su estrategia de comunicación, y que podría ayudarle a subir en su influencia en redes sociales, donde se mantiene estancado desde que Grupo Reforma lanzara el ranking "La Contienda en la Web", desde noviembre del año pasado.
Cortejar al votante con la idea del cambio es un recurso fácil y en ocasiones redituable. Ahí está la campaña de Obama de 2008, en la que luego de 8 años de Bush y del Partido Republicano en el poder, la frase "Change you can believe in" (cambio en el que puedas creer) fue acompañada de una serie de propuestas claras que sí marcaban una diferencia y de una excelente estrategia de comunicación. López Obrador ha argumentado ya sus propuestas de cambio en sus libros y en los seis años que lleva de campaña, pero en este 2012 no las logra comunicar a sectores más allá de los votantes que ya le dieron su voto en 2006.
Por demás, López Obrador aún necesita explicar si en ese "cambio verdadero" se incluye a un candidato de las izquierdas conservador o a uno liberal, al mismo que sigue ofreciendo consultas públicas para "temas polémicos" como el derecho a decidir y los matrimonios entre personas del mismo sexo.
ENRIQUE Y EL "MÉXICO QUE VA A CAMBIAR"
El arranque de Peña Nieto ha sido el más disciplinado de todos. Su stream desde Guadalajara parecía una superproducción fílmica, su sitio web es el más interactivo de todos, su presencia en las calles de todo el país es más que evidente y su imagen se repite hasta en las pantallas del cine. La cámara enamorada del candidato o el candidato enamorado de la cámara.
A diferencia de la campaña del PRI en 2006, en esta ocasión el candidato de este partido tiene una buena campaña en difundir mensajes claros y concisos, aunque sin mayor contenido. Sin embargo, Peña Nieto aún tiene que explicar en qué consiste ese "México que va a cambiar", ¿cambiar con respecto a qué? y ¿cuál es su modelo a seguir?, porque de las actuales administraciones del PRI en los estados, los mensajes que se repiten son los de falta de transparencia, como en el Coahuila de los Moreira; impunidad, como en el caso de Mario Marín, en Puebla; cifras truqueadas de los logros del propio gobierno de Peña en el Estado de México, etc.
A final de cuentas decir que "México va a cambiar" también puede ser la advertencia de que retrocederá para cambiar…
Politólogo e Internacionalista
Twitter @genarolozano