"¿Qué exige la riqueza de parte de la ley para producirse y
Crearse? Lo que Diógenes
Exigía de Alejandro:
Que no le haga sombra."
Juan Bautista Alberdi
UERTO VALLARTA.- No fue realmente sorpresiva la decisión de la presidente de Argentina, Cristina Fernández, de expropiar los activos en su país de Repsol-YPF. Desde hace varios meses el gobierno argentino había venido amenazando con tomar control sobre las operaciones argentinas de la petrolera y había tomado medidas destinadas a bajar artificialmente el precio de las acciones, con la aparente intención de pagar menos por la expropiación cuando ésta llegara.
El gobierno argentino se quejaba de que la producción y la inversión eran escasas, pero al mismo tiempo tomaba medidas destinadas a debilitarlas. El 16 de enero denunció a YPF y a otras petroleras por "abuso de posición dominante" en el mercado de gasóleo. El 9 de febrero obtuvo un acuerdo de 10 gobernadores provinciales para ejercer mayores controles sobre las empresas petroleras. El 15 de febrero prohibió a YPF importar o exportar productos mientras no regularizara un supuesto adeudo fiscal de 8 millones de dólares. El 12 de marzo ordenó a YPF y a otras petroleras bajar el precio de la turbosina a las empresas de aviación.
Tras anunciarse la expropiación este 16 de abril, hubo un desplome de las acciones de Repsol. Esto afecta no sólo a la petrolera española sino también a Pemex, que tiene 9.49 por ciento de sus acciones. El monto total del impacto dependerá de si el gobierno argentino decide o no pagar una indemnización justa.
Según el periódico español El País, las operaciones argentinas representan la mitad de la producción de crudo de Repsol-YPF, 472 mil barriles diarios, y cerca de la mitad de sus reservas. Argentina, sin embargo, sólo aporta una tercera parte de las utilidades.
La expropiación se lleva a cabo en un momento de preocupación para la economía argentina. El país ha venido disfrutando de un auge económico debido a la exportación de alimentos y al impacto de un agresivo programa de gasto público. La economía argentina creció 9.2 por ciento en 2010 y más de 7 por ciento en 2011. Los recursos para financiar esta política expansiva, sin embargo, están declinando mientras que la inflación se incrementa. El gobierno de la señora Kirchner se ha apoderado ya de los recursos que se encontraban en fondos privados de pensión para financiar su gasto. La expropiación de Repsol podría proporcionarle otra fuente de recursos, especialmente si no paga una indemnización adecuada.
El decreto de expropiación declara los hidrocarburos objeto de "interés público". El Estado argentino toma el control del 51 por ciento de las acciones de Repsol-YPF en Argentina. De ese monto el gobierno central se queda con el 51 por ciento mientras que deja el 49 por ciento a los gobiernos provinciales. Al no expropiar toda la empresa, la presidente reduce el costo de indemnización (no tiene que pagar por el cien por ciento de las acciones) y al repartir el botín entre los gobiernos provinciales obtiene también un importante respaldo político. Los accionistas privados (Repsol y con ella Pemex) se quedan con el 49 por ciento de una empresa en la que ya no podrán tomar decisiones y cuyas acciones se desploman en los mercados internacionales.
El gobierno de Kirchner podrá utilizar a YPF como una nueva caja chica para sus gastos políticos, pero la confianza de los inversionistas en Argentina se deteriora cada vez más y esto hará que disminuya la inversión productiva. Un país con capacidad de competir a nivel internacional en muchos campos avanza cada vez más por el camino del populismo. Los costos se sentirán tarde o temprano.
RAJOY EN EL FORO
El presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, buscará apoyo en la reunión latinoamericana del Foro Económico Mundial en Puerto Vallarta ante la expropiación de Repsol YPF ordenada por el gobierno argentino. El respaldo de México será particularmente importante.
Twitter: @sergiosarmient4
