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La faena de Josefina

GILBERTO SERNA

En esta República no hay Presidentas. El articulo 80 de la Constitución Política federal, dispone que el ejercicio del Supremo Poder Ejecutivo de la Unión se deposita en un solo individuo que se denominará "Presidente de los Estados Unidos Mexicanos". Debemos observar que en nuestro idioma el masculino implica ambos géneros. Es un error gramatical referirse a la Presidenta. Lo cual si se utiliza en el género femenino, aun así debe decirse "la Presidente" no "la Presidenta" pues es obvio que este último cargo no existe. Cuando se habla de "presidente", puede corresponderle ser masculino o femenino, esto es, se dirá "el" presidente" o "la" presidente". Esto es porque los sustantivos tienen que clasificarse en un género cuando se combinan con otras palabras.

Lo anterior a propósito de que la candidata Josefina Vázquez Mota dice que de ganar la elección será Presidenta de México, lo mismo se lee en las mantas y pegatinas (esta última ha caído en desuso, pero en tiempos pretéritos era común ver a un "maistro" que con una brocha y gran destreza, tomaba la hoja de propaganda y la embarraba con engrudo en una pared cualquiera de un solo brochazo; principalmente en donde hacían esquina las casas. Así mismo se publicitaban las corridas de toros.)

La importancia de esto, que visto por un neófito en el uso del lenguaje no tiene importancia, es que en caso de que la señora Vázquez obtenga el triunfo el próximo primero de julio, con un número suficiente de votos, no podría legalmente acceder al cargo de Presidente de la República porque ella habría sido elegida para el cargo de Presidenta que, como ya expusimos con antelación, no se ha creado en este país. Para que las cosas estuvieran en regla debería realizarse por los diputados y senadores o sea el Poder Legislativo una reforma al artículo constitucional al que nos referimos en el párrafo precedente, que tentativamente podría quedar así: "Se deposita el ejercicio del Supremo Poder Ejecutivo de la Unión en un solo individuo o individua que se denominará "Presidente de los Estados Unidos Mexicanos" esto es el Presidente o la Presidente de los Estados Unidos Mexicanos". El artículo 85 constitucional dispone que si al comenzar un período no estuviera la elección hecha y declarada lo que puede pasar si la persona es declarada Presidenta.

Este caso no se había presentado lo que sería porque a pesar de que en elecciones anteriores hubo mujeres se les consideraba con nulas posibilidades de obtener mayoría de sufragios. Lo llamativo es que las que jugaron en número de cuatro todas ellas eran de izquierda, a saber que tuvo posibilidades reales de acceder a Los Pinos (en el último debate la vimos como la Conchita Cintrón, mandona con la muleta, caracoleaba encima de los caballos, como una diosa de la tauromaquia) y la nuestra aún no lo es de la política, pero todo indica que va para allá josú que esta chavala de la política carga en su taleguilla todo el arte de manejar el capote de aquí pa' llá y de allá pa' cá buena faena que le hizo a un torete, a un toro viejo y a un iluminado, llevándose las seis orejas y los rabos con vuelta al ruedo en medio de una ovación de los asistentes que aún no termina y los músicos tocando a todo pulmón ¡Ole! matadora, bendita sea la ma→ re que te parió, en tanto se veía un mar de pañuelos ondeando en las alturas.

Es la segunda ocasión que se encuentra con sus tres oponentes. En esta vez los tundió bien y bonito. Los dejó, como se dice en el ambiente taurino: para el arrastre. Quizá recordó que la ocasión anterior le dijeron hasta la despedida, cuando se le cuestionó que cobraba sin asistir a las sesiones en las que pastoreaba a su rebaño y que le llamó amiga al moscardón que tuvo que soportar en la secretaría a su cargo. Se creció al castigo y con voz firme puso a sus antagonistas de la basura. Les reprochó al del PRI y al de MORENA de ser lo mismo, pero con rostros diferentes. Ni Quadri se le escapó al que puso de oro y moro le dándole a entender que era un títere de la profesora y soltándole que un voto por él en realidad lo era para la familia de aquélla. En fin, no pasa nada que no tenga que pasar. La política es el arte de tragar sapos y culebras con una sonrisa en la boca.

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