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La importancia del voto joven

JESÚS CANTÚ

Casi la tercera parte (30.5%) de los electores potenciales (inscritos en la Lista Nominal de electores que estará en las casillas) el próximo 1 de julio son menores de 30 años, lo cual implica que su decisión puede ser determinante para la elección del próximo presidente de la República y la configuración del Congreso de la Unión. De estos poco más de 24 millones de mexicanos y mexicanas, casi 14 millones (el 17.5% de la Lista Nominal de electores) son menores de 25 años, es decir, para la mayor parte de este grupo será la primera ocasión que sufraguen en una elección presidencial.

La composición de la Lista Nominal de electores en esta ocasión muestra que los menores de 30 años representan el 30.5%% de los electores potenciales; entre 30 y menores de 50, se concentra el 42.3%; y de 50 y mayores, el 27.2%.

Los menores de 30 años no vivieron, como ciudadanos (mayores de 18 años y con plenos derechos políticos), el presidencialismo metaconstitucional, cuya descomposición empezó en 1997 con la elección de una Cámara de Diputados sin mayoría priista. Es decir, ellos no vivieron el régimen del partido hegemónico y, por lo tanto, no conocieron los excesos y atropellos del priismo. Con plenos derechos ellos únicamente conocen presidentes panistas y juzgan a los partidos por lo sucedido en estos 12 años de gobiernos blanquiazules.

Esto lo detectó con toda oportunidad el equipo de colaboradores del abanderado priista, Enrique Peña Nieto, y se dedicaron a trabajarlo desde hace años, cuando todavía ocupaba la gubernatura del Estado de México. Aprovechando los recursos y la visibilidad de su posición construyeron redes (físicas y virtuales) en las principales universidades nacionales, particularmente las privadas, donde antes el PAN tenía una de sus fortalezas.

Peña Nieto aprovechó todas las invitaciones que recibió para acudir a las universidades y difundir sus logros como gobernador y, sobre todo, esto que hoy utiliza como su principal slogan de campaña: que él se comprometía y cumplía. No fue el único segmento al que se abocó, pero sí le puso especial cuidado.

Por su parte, López Obrador, que también inició su campaña con muchos años de anticipación (11 para ser precisos) se enfocó en las comunidades y, por ende, el segmento poblacional era de mayor edad, incluso de más de 50 años, que es donde tuvo su mayor fortaleza en el 2006 y ahora es el único el que aparece claramente en el segundo lugar, por encima de la abanderada panista.

En el caso de Josefina Vázquez Mota, el trabajo realmente empezó hace unos meses o, en el mejor de los casos, a la mitad del sexenio, cuando renunció a la Secretaría de Educación para convertirse en coordinadora de los diputados blanquiazules.

Dicho trabajo se refleja en las encuestas, que hoy marcan que en el segmento de votantes potenciales menores de 30 años, Peña Nieto tiene una preferencia electoral del 51%, 23 puntos más que Josefina Vázquez Mota, que apenas alcanza el 28%, y 32 más que Andrés Manuel López Obrador, con escaso 19%. Esto es muy contrastante con lo que sucedió 6 años atrás, cuando Felipe Calderón contaba con el 37% de la preferencia electoral en dicho segmento, contra 33 de AMLO y 26 de Roberto Madrazo.

En aquel momento la pelea era más cerrada y en estas mismas fechas la encuesta de Consulta Mitofsky (la misma referencia en esta ocasión) indicaba que Calderón tenía el 35% de las preferencias, contra 34 de AMLO y 27 de Madrazo. A pesar de ello es significativo que es en dicho segmento donde mayores porcentajes de preferencia electoral pierden los abanderados del PAN y el Movimiento Progresista y donde más gana el tricolor.

Por ello llama la atención que Peña Nieto haya cancelado en los últimos 10 días tres participaciones, previamente confirmadas en universidades privadas cuyo público debería ser de la mayor relevancia para él. El miércoles 18 de abril, canceló su asistencia al Instituto Tecnológico Autónomo de México programada para el viernes 20; también canceló de última hora su presencia en la Universidad Iberoamericana, para el martes 24 de abril; y el lunes 23 declinó su participación el jueves 26, en el Campus Monterrey, del Tecnológico de Monterrey.

Por lo menos, en el caso del Tecnológico de Monterrey, el resto de los aspirantes aprovechó dicha oportunidad. Gabriel Quadri, asistió el lunes 23; Vázquez Mota, el miércoles 25; y AMLO, lo hará el jueves 3 de mayo. Cierto que su sola presencia no basta para cambiar el sentido del voto, pero especialmente para los jóvenes es importante conocer físicamente a los candidatos y, particularmente, al que votaran. Así que Peña Nieto, puede arrepentirse de dejar esos vacíos en aras de no exponerse a ningún tipo de escenario no controlado al 100%.

Otra gran oportunidad que tienen los candidatos para elevar sus preferencias electorales es un uso más inteligente y audaz del Internet, pues de los 25 millones de mexicanos mayores de 18 años, que son usuarios de Internet, alrededor de 14 se encuentran entre los 18 y los 30 años, es decir que llegarían casi al 60% de los electores potenciales en dicho segmento.

Como en ninguna otra elección, el segmento entre 18 y 30 años tiene una importancia decisiva en la próxima elección presidencial y aunque hoy Peña Nieto tiene una gran ventaja en el mismo, en las últimas dos semanas tomó decisiones que pueden costarle muy caro, si los opositores lo aprovechan adecuadamente. Los instrumentos los tienen a su alcance, ahora sólo tienen que utilizarlos adecuadamente.

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