El jugador Edixon Perea (c) del Cruz Azul anota su segundo gol ante el Deportivo Táchira de Venezuela. (EFE)
Los torneos internacionales le sientan bien al Cruz Azul y La Máquina pita sin problemas en la Copa Libertadores.
El triunfo 4-0 sobre el Táchira lo coloca como líder del grupo seis con un par de triunfos y la marcha del equipo celeste contrasta con lo que sucede en el torneo local donde la irregularidad es la palabra que lo define a la perfección, pese a no haber perdido aún un solo juego en 2012.
Los dirigidos por Enrique Meza tuvieron en Javier Aquino a su mejor hombre. El seleccionado Sub-23 fue una pesadilla para la defensa del cuadro venezolano y ni con patadas pudieron detenerlo. La velocidad y dribling que mostró el joven desconcertó a la parte baja del conjunto sudamericano que se mostró endeble, principalmente en el marco, ya que parecía que la esférica le quemaba al arquero Robert Rivas.
Aunque un error arbitral definió el rumbo del duelo. Cuando el cronómetro marcaba el minuto 16, Aquino se escapó por la pradera derecha, se quitó a un par de hombres y, sin que nadie lo tocara, se trastabilló dentro del área. El silbante marcó un penal inexistente. De nada sirvieron los reclamos de Jackson Clavijo, quien estaba cerca de la jugada. Adrián Cortés tomó el balón, la tocó muy cerca de Rivas, pero no evitó el gol.
El marcador en contra hacía suponer que el cuadro de Jaime de la Pava adelantaría filas, pero no fue así. Cruz Azul buscó el segundo con un disparo de Alejandro Vela, en el 44, que se estrelló en el poste derecho, después con un cabezazo de Edixon Perea que desvió el cancerbero.
Fue precisamente el colombiano el que clavó la segunda estaca que acabó con la esperanza del rival.
La victoria ante el Deportivo Táchira venezolano encarrila a La Máquina a la siguiente fase.