La comunidad económica europea, está extremando las medidas de ajustes en esa materia, en distintos países de ese continente.
Lo hizo con Grecia y ahora lo intenta hacer con España, con la aceptación y complacencia de su gobierno. Mariano Rajoy pretende aplicar medidas tan drásticas que los trabajadores del carbón, los mineros, ya se lanzaron a las calles para protestar.
Me impresioné de ver la Puerta del Sol, de Madrid, repleta de mineros, con sus cascos y sus lámparas. Sus caras pigmentadas de carbón y sus gritos de rebeldía ante un liberalismo deshumanizado que todo lo engulle.
¿Adónde hemos llegado en este mundo, que la economía, siendo una ciencia social, ha perdido todo sentido por el hombre?
Y en los mineros de España, veo reflejados a los nuestros.
Trabajo duro y riesgoso es ése de sacarle a la tierra sus riquezas. Después de la pesca del cangrejo de Alaska, la minería es uno de los trabajos más peligrosos del mundo.
Te puedes morir dentro de la mina o por la concentración en el cuerpo de los gases o polvos que aspiras a diario.
Decía mi querido y siempre bien recordado amigo Armando Sánchez Quintanilla, que él había estudiado derecho con tal de no verse obligado a seguir la tradición familiar de ser minero.
En las vacaciones trabajaba en las minas de la carbonífera como muchos otros niños, y al ver las condiciones que ahí privaban, decidió aferrarse al pupitre para no entrar al socavón. Y eso que los niños trabajaban ahí a cielo abierto, sólo paleando el carbón que caía de las bandas.
"Asturias, verde de montes y negra de minerales", reza la canción española. Y desde ahí y otras partes de España, partieron caravanas de los hombres del carbón que protestaban contra los recortes ordenados por el gobierno insensible.
Dicen en la región carbonífera de Coahuila, que todos los mineros son borrachos. Y yo pienso, cómo no lo van a ser si todos los días entran a la mina y no saben si van a salir. Por eso al salir se dan a la bebida, porque festejan un día más de vida.
Sólo borrachos, locos o muy necesitados aceptan una chamba en la que saben que un mal día pueden quedar sepultados entre toneladas de piedra.
No es justo que los gobiernos apliquen medidas económicas sin tomar en cuenta la condición del hombre.
Pero además, desde el punto de vista social, es muy peligroso, porque pueden orillar a la gente a jugarse la vida en una revolución. Cuando ya no tiene nada que perder, el hombre es el ser más peligroso que puede existir.
Bien lo decía el doctor Salvador Allende: "La revolución no pasa por las universidades. Pasa por la fábrica o el campo".
Pero además, es inadmisible que unos países impongan a otros las medidas que deben tomar, para vivir en un mundo globalizado. En vez de ayudar, ahorcan.
En su momento la comunidad europea inyectó muchos recursos a España; pero de haber sabido cuál sería el costo de esa ayuda, seguramente el pueblo no la hubiera aceptado.
Tan es así, que diversos grupos ciudadanos y hasta intelectuales españoles están acompañando a los mineros en su marcha. Ésta pasó frente a la Universidad Complutense y los estudiantes acompañaron a los mineros.
Se necesita ser muy insensible u obstinado para no tomar en cuenta esas manifestaciones populares.
Pero quizá Rajoy sea así, un tipo que le interesa más quedar bien con los grandes capitales extranjeros que el bienestar del pueblo.
El grito de: "Viva España Libre", volverá a resonar en las plazas y calles de Madrid. La avenida Princesa, la Gran vía y la Puerta del Sol, serán de nueva cuenta escenarios de luchas populares que revolucionarán la añosa ciudad.
En un poema alusivo a los mineros, Gaviota Romero nos dice: "Sufrimientos, oscuridad, espera. Sudor mezclado con la tierra. Ése es el salario más seguro que cobra. Días de incertidumbres y esperas. Es la herencia que a sus hijos dejará".
Y así pasan sus días esos hombres, frente a un mundo que sólo piensa en euros, aunque éstos se tengan que pagar con sangre.
Por lo demás: "Hasta que nos volvamos a encontrar, que Dios te guarde en la palma de Su mano".
