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La marmota y el interminable déjà vu

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La marmota y el interminable déjà vu

La marmota y el interminable déjà vu

Fernando Ramírez Guzmán

Hechizo del tiempo, también conocida por la traducción literal de su título original (El día de la marmota), es una genial comedia romántica en donde el guión nada convencional y la gran actuación de sus protagonistas conspiran para dar forma a un clásico del cine noventero.

Una vez estuve en las Islas Vírgenes; conocí a una bella chica, bebimos piña colada e hicimos el amor en la playa toda la noche. ¿Por qué tengo que repetir este horrible día y no aquel?

Phil Connors

Phil Connors es el ‘hombre del clima’ en una estación de televisión local, al que la rutina y la desilusión han convertido en todo un cínico. Cuando lo envían al pueblo de Punxsutawney, Pensilvania, para que cubra la tradicional celebración del Día de la Marmota, no le hace ninguna gracia. Una vez allí se despierta tan malhumorado y antipático como acostumbra, y sale a encontrarse con Rita, su atractiva compañera, y Larry, el camarógrafo. La jornada termina... pero a la mañana siguiente el despertador se enciende con la misma canción de la mañana anterior, I Got You Babe de Sonny & Cher, mientras que la radio anuncia de nuevo que es el Día de la Marmota. Comenzará así un interminable loop temporal en el que todos los días vuelve a ser 2 de febrero, y del que Phil intentará escapar de mil maneras.

Hechizo del tiempo (Groundhog Day, Harold Ramis, 1993) es un genial filme que cuenta con la ágil y más que eficiente edición a cargo de Pembroke J. Herring; el despliegue actoral de Bill Murray, quien con esta cinta terminó de consagrarse en el género de la comedia, y el talento de Andie MacDowell, la también modelo profesional, que gracias a su desempeño logró el reconocimiento. Pero sobre todo la película luce por el andamiaje literario de un sólido e interesante guión, el cual mezcla elementos de una tradición folclórica norteamericana, un personaje de la mitología griega y una concepción filosófica del tiempo, el llamado ‘eterno retorno’.

EL MITO DE SÍSIFO

Cuenta la mitología griega que Sísifo, hijo de Eolo y Enarete, fue obligado en el infierno a empujar una piedra enorme cuesta arriba por una ladera empinada. Pero antes de que alcanzase la cima de la colina, la piedra siempre rodaba hacia abajo y Sísifo tenía que empezar de nuevo desde el principio. En su famoso ensayo El mito de Sísifo, Albert Camus señala: Sísifo ve entonces cómo la piedra desciende en algunos instantes hacia ese mundo inferior desde el que habrá de volverla a subir hacia las cimas, y baja de nuevo a la llanura. Sísifo me interesa durante ese regreso, esa pausa. Un rostro que sufre tan cerca de las piedras es ya él mismo piedra.

Con una base similar, la sugerente historia de Hechizo del tiempo consigue el tono ligero de una comedia romántica muy al estilo del cineasta Frank Capra. Por otro lado sabe incluir preceptos filosóficos sobre el tiempo, una crítica a la vida monótona, rutinaria, y a la pérdida de la capacidad de asombro. Logra asimismo hacer un exhorto ingenioso y bien estructurado, evadiendo posturas doctrinarias o panfletarias, sobre la importancia de aprovechar cada instante de la existencia.

La fotografía de John Bailey, aunque no asoma un acabado preciosista ni de un amplio aliento artístico, tiene la virtud de valerse de un solvente apoyo en el área de iluminación para dar el efecto de capturar el mismo día varias veces. Dicha situación supuso además un reto histriónico para Bill Murray, pues al tener que filmar de manera consecutiva, el guión demandaba la mutación en el carácter de su personaje, lo cual exigía una variación de facetas y estados de ánimo en muy poco tiempo, poniendo así a prueba los diferentes matices actorales que maneja el también protagonista de Perdidos en Tokio (Lost in Translation, Sofia Coppola, 2003).

Harold Ramis, realizador de la cinta, consiguió el punto más alto de su carrera como director con esta producción, y tuvo el gran mérito de imponer su visión y el planteamiento original por sobre las presiones del estudio, que entre otras cosas trató de imponer un narrador en off para que explicara a la audiencia por qué se repetía la misma fecha.

CARPE DIEM

El guionista Danny Rubin comentó en cierta ocasión que la idea primigenia de la trama surgió de una tormenta de ideas, la cual fue puliendo. El bosquejo inicial era: ¿qué pasaría si una persona pudiera vivir por siempre, pero invariablemente el mismo día? Es decir, alguien reviviendo de forma continua una sola jornada. Para elegir la fecha, Rubin tomó el calendario y la primera festividad que encontró fue el 2 de febrero, que conmemora el Groundhog Day o Día de la Marmota.

Se trata de una costumbre con más de un siglo de existencia, cuyo principal evento consiste en la predicción del fin del invierno, basada en el comportamiento de una marmota (de nombre Phil, por cierto). Según la tradición, si al salir de su guarida el animalito ve su sombra, entrará de nuevo a su hogar y eso quiere decir que el invierno se prolongará seis semanas más, mientras que si no proyecta sombra alguna la temporada está cercana a finalizar.

El Groundhog Day se celebra anualmente en el pueblo de Punxsutawney, y gracias a Hechizo... se volvió muy popular en toda la Unión Americana. En 2010, por ejemplo, se dieron cita en el pintoresco pueblo un poco más de 10,000 personas, generando a la localidad una derrama de cerca de 22 millones de dólares. Lo curioso es que ni una sola escena se rodó ahí.

La película se volvió un clásico de los noventa y sus influencias se pueden rastrear en la actualidad, en propuestas similares como el empleado en el filme 8 minutos antes de morir (Source Code, 2011) de Duncan Jones (hijo de David Bowie). O en el inopinado remake italiano E giá ieri (Giulio Manfredonia, 2004), fallida y lamentable adaptación de la cinta original.

Hechizo del tiempo ha comprobado su resistencia al paso de los años por ser una obra impecablemente escrita y bien actuada, poseedora de no pocos momentos y situaciones divertidas, y un planteamiento que conmina a la reflexión.

En una de las escenas donde una vez más Phil graba su nota sobre el Día de la Marmota, señala: “Cuando Chejov vio el largo invierno, vio un invierno sombrío, oscuro y privado de esperanzas. Sabemos que el invierno es sólo otro paso del ciclo de la vida. Pero aquí parado entre la gente de Punxsutawney, disfrutando de la calidez de sus hogares y sus corazones, no me imagino un mejor destino que un largo y radiante invierno”.

Tenida a menos y menospreciada por la crítica, la película encuentra en la sencillez de su envoltura y en la profundidad de su mensaje, su inmejorable cimentación a partir de la cual Ramis dio forma a una trascendente pieza minimalista. El final, aunque convencional y edulcorado, da sentido a un irreprochable ejercicio de género que sabe ceñirse a los parámetros que le dan su razón de ser.

Poco antes de finalizar la cinta, cuando el hechizo ha terminado, Phil se encarga de rubricar el cierre: “¿Sabes qué días es hoy? Hoy es mañana... El fin de un día muy largo”.

Correo-e: ladoscuro73@yahoo.com.mx

ANEXO:

FICHA TÉCNICA:

Título original: Groundhog Day

Dirección: Harold Ramis

País: Estados Unidos

Año: 1993

Duración: 101 minutos

Género: Comedia

Producción: Trevor Albert, Harold Ramis

Guión: Danny Rubin, Harold Ramis

Fotografía: John Bailey

Edición: Pembroke J. Herring

Música: George Fenton

Reparto: Bill Murray, Andie MacDowell, Chris Elliot, Stephen Tobolowsky, Brian Doyle-Murray, Rick Ducommun, Rick Overton, Robin Duke, Marita Geraghty, Michael Shannon, Harold Ramis

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