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La nueva camada

KAREEM G. VALDEZ ZÚÑIGA

"Un escritor profesional es un amateur que no se rinde".

-Richard Bach

Una ventana, dicen, suele ser una puerta chiquita, un agujero grandote para sentirte fuera sin la necesidad de estarlo, para no sentirse atrapado. Asimismo encuentro satisfactorio el hecho de escribir, salir sin pisar la raya, una ventana construida en esta ocasión por el Siglo de Torreón.

El pasado lunes 1 de octubre fue la primera reunión de la nueva camada de columnistas del Siglo de Torreón, éramos varios cachorros acorralados en la recepción, y por si fuera poco, fuimos acarreados varios pisos arriba en un elevador sacado de una película de horror. Supongo que de haberse quedado atorado sería una de las anécdotas más nutridas de nuestras vidas. Ahora bien, imaginemos esta escena; un puñado de jóvenes columnistas atrapados en un espacio de tres metros cuadrados, sin salida, sólo nosotros y nuestro enorme ego de escritor que todos cargábamos en nuestras espaldas.

Gracias a Dios nos liberaron en alguno de los pisos superiores, dando paso a una serie de presentaciones y opiniones de logística, entre miradas cálidas y un clima exageradamente frío me di cuenta que todos los presentes fuimos seleccionados para ser cómplices, cada uno de nosotros seleccionado minuciosamente para ser los nuevos cachorros de los grandes canes literarios.

No olvidaré nunca la sensación de bienestar que sentí al ver en sus ojos mis mismas dudas, esa complicidad de saber que no se está solo, en ese instante fue como una revelación, como si supiera que ellos también hacían garabatos en las últimas hojas de los cuadernos.

Las ventanas a los jóvenes no se abren de par en par tan fácilmente, mucho menos en catapultas tan grandes y con tanto alcance como ésta, Siento que es primordial el arte de compartir sentimientos en la juventud actual, es importante no añejar los sentimientos, expresarlos, vomitarlos y sacarlos a pasear seguido, si no lo hacemos nos queda dentro una especie de tepache amargo de sentimientos y palabras que no dijimos.

¿Dónde más?, si no es en estos espacios donde se les da la palabra a los que necesitaban arrebatarla para expresarse, es de vital importancia el conocer qué es lo que piensan aquellos arbustos de cabello desprolijo, que algún día serán los árboles que se plantan con opiniones abriendo el periódico día con día.

Escribir una columna es una inversión de letras y palabras, es recordar aquellos tiempos cuando uno escribía en su diario los sucesos más importantes de su vida, una columna periodística es un diario que peca con el jueguito de la indiscreción y lejos de ser secreto, se convierte en la voz interior de los lectores que en este momento están descifrando letra a letra lo que comunico.

Personalmente, veo el escribir como una ruta de salida de los fantasmitas internos, una olla a presión que sale de a poquito, cuando menos te lo esperas y cuando más necesitas asomarte a la ventana.

Mi muy querido y hablador diario:

Hoy escribí mi primera columna para El Siglo de Torreón y estoy emocionado.

@Gibran_OFICIAL en Twitter

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Escrito en: jovenes columnistas

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