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La pantalla sobre Berlín

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Fernando Ramírez Guzmán

Tras poco más de 60 años de existencia, el Festival de cine de Berlín se ha consolidado como uno de los escaparates de cine de vanguardia y amplio aliento más acreditados del mundo.

El Festival Internacional de Cine de Berlín, también conocido como la Berlinale, fue creado gracias al impulso del oficial de cinematografía de la administración estadounidense en Alemania, el norteamericano Oscar Martay, quien después de la Segunda Guerra Mundial propuso la realización de un festival de cine, entendiendo la importancia y penetración entre los espectadores del séptimo arte y utilizándolo como un vehículo de transición a la democracia.

El 9 de octubre de 1950, Martay creó y reunió a un comité de siete personas. Derivado de los acuerdos de dicho conjunto, conformado por representantes del senado, así como por gente de la industria cinematográfica alemana y un periodista, se acordó celebrar del 6 al 17 de junio de 1951 el primer Internationale Filmfestspiele Berlín. El comité decidió además nombrar como director del evento al periodista Alfred Bauer.

La exhibición de Rebecca (Alfred Hitchcock, 1951) en el Titania Palast Cinema el 6 de junio de 1951, marcó el arranque del festival. Sería hasta el año de 1956 que la Federación Internacional de Asociaciones de Productores Cinematográficos (FIAPF) concedió a la Berlinale la categoría de festival “A”, distinción que comparte con otros certámenes como los de Cannes, Venecia y San Sebastián, y que además del estatus implica que los premios los otorgue un jurado internacional, en vez de ser adjudicados por los votos de los espectadores.

Con el transcurso del tiempo, el evento alemán pasó de ser una extensión artística del campo de batalla entre las dos ideologías imperantes a nivel global, el socialismo y el capitalismo, a convertirse en la válvula de escape y principal vitrina de un cine de ruptura y compromiso. Nuevos modelos narrativos e innovadores planteamientos estéticos encontraron en la capital germana un muy natural lugar de encuentro.

La Berlinale está conformada por seis secciones, para cada una de ellas se designa un director, quien a su vez es el encargado de seleccionar las películas que habrán de integrarla. Además de la sección oficial o de competición, se encuentran los siguientes apartados: Wettbewerb, que alberga grandes producciones internacionales; Panorama, para cintas independientes y de autor; Forum, en donde tienen cabida largometrajes de arte de vanguardia y experimental y jóvenes directores; Generation, donde se privilegia el punto de vista de niños y jóvenes; Perspektive Deutsches Kino, la cual busca difundir el talento local y, finalmente, Retrospective, exhibición de filmes consagrados con la intención de que el espectador redescubra, en versiones remasterizadas, paradigmas del séptimo arte. Asimismo, existe un apartado que acoge diferentes propuestas en formato breve, la Berlinale Short, y otro que rinde tributo a la obra en su conjunto de alguna figura del cine, la Hommage. En total, cada año se exhiben durante la Berlinale 400 películas, distribuidas entre todas las secciones mencionadas.

De manera simultánea se realiza el European Film Market, escaparate de compañías y profesionales de la industria del cine que cierran negocios de todo tipo, sobre todo para la distribución de cintas.

A pesar de que la Berlinale se celebra durante el mes de febrero, entre el festival de Sundance y la entrega del Óscar, es uno de los más concurridos. Se estima que anualmente lo visitan poco más de 19 mil profesionales de la industria, provenientes de cerca de 136 países, y es cubierto por cerca de 4,000 periodistas de distintas partes del orbe. De acuerdo a cifras de los organizadores, se calcula que el número total de asistentes anuales, promedia las 270 mil personas.

OSOS PARA MÉXICO

El cine mexicano fue reconocido por vez primera en el marco de la Berlinale, en el año de 1957 cuando Pedro Infante obtuvo el premio al mejor actor por su interpretación en Tizoc (Ismael Rodríguez, 1956). En 1976, la historia de Felipe Cazals que recrea la tragedia del 14 de septiembre de 1968 ocurrida en San Miguel Canoa, en el estado de Puebla, Canoa (1975), fue galardonada con el premio especial del jurado. Un año más tarde, Jorge Fons mereció un Oso de Plata gracias a la adaptación de la novela de Vicente Leñero, Los albañiles (1976). Asimismo Fons competiría, aunque sin éxito, en 1994 por el Oso de Oro gracias a su filme El callejón de los milagros (1994), el cual fue distinguido en el certamen cinematográfico con un premio especial por su calidad narrativa.

Luego del reconocimiento a Los albañiles, tuvieron que pasar 14 años para que una película mexicana compitiera en la sección oficial de la Berlinale, con Cabeza de Vaca (Nicolás Echeverría, 1991). En 1991, además, el cine nacional fue invitado al festival en donde se proyectó la retrospectiva Nuevo Cine Mexicano 1989-1991. Sin embargo, lamentablemente la nota la dieron los funcionarios de la Dirección General de Radio, Televisión y Cinematografía (RTC), quienes no tuvieron límites para el dispendio.

En años recientes, Fernando Eimbcke obtuvo el premio Fipresci por su segundo largometraje, Lake Tahoe (2008). Este 2012 una coproducción Uruguay-México, La demora, de Rodrigo Plá, uruguayo formado en el Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC) de México, fue distinguida con el premio del Jurado Ecuménico y por el que otorga el diario alemán Tagesspiegel Readers. Por su parte, Julián Hernández ha sido ganador en un par de ocasiones del Teddy Award para las obras de temática lésbico, gay o transgénero: la primera por su ópera prima, notablemente fotografiada en blanco y negro por Diego Arizmendi y cuyo título tomó prestado de la última estrofa del poema La persecución, de Pier Paolo Pasolini: Mil nubes de paz cercan el cielo, amor, jamás acabarás de ser amor (2004); y por su tercer cinta, Rabioso sol, rabioso cielo (2009).

ESCAPARATE DE LA VANGUARDIA

Hoy en día es incuestionable que el festival de cine de Berlín, es uno de los más importantes en el mundo. Bajo la dirección de Dieter Kosslick, a partir del año de 2001, Berlín se ha constituido como la capital mundial del cine de vanguardia y una alternativa para el cine que promueve Hollywood. Ha sido además el invaluable trampolín de despegue de la cinematografía alemana, históricamente sometida a claroscuros de calidad y propuesta. Las nuevas tendencias, las propuestas más iconoclastas, las opciones más frescas y de ruptura encuentran en Berlín su natural espacio e inmejorable plataforma.

Correo-e: ladoscuro73@yahoo.com.mx

Palmarés de la Berlinale 2012

-Oso de Oro (mejor película): César debe morir de Paolo y Vittorio Taviani (Italia)

-Oso de Plata (mejor director): Christian Petzold, por Barbara (Alemania)

-Oso de Plata (Gran Premio del Jurado): Just the Wind de Bence Fliegauf (Hungría)

-Mejor actor: Mikel Boe Polsgaard por A Royal Affair (Dinamarca)

-Mejor actriz: Rachel Mwanza por Rebelle (Canadá)

-Mejor guión: A Royal Affair de Nikolaj Arcel y Rasmus Heisterberg (Dinamarca)

-Mejor fotografía: Lutz Reitemeier por White Deer Plain (China)

-Mención especial del jurado: L’enfant d’en Haut, de Ursula Meier (Suiza-Francia)

-Mejor ópera prima. Kauwboy, de Boodevijn Koole (Holanda)

-Mejor cortometraje: Rafa, de Joao Salaviza (Portugal)

-Premio del Jurado Ecuménico: La demora, de Rodrigo Plá (Uruguay-México)

-Premio Alfred Bauer: Tabu (Miguel Gomes, Portugal)

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