EDITORIAL Caricatura editorial columnas editorial

La pedrada

GILBERTO SERNA

La Universidad Nacional Autónoma de México es inexpugnable para políticos por lo que pocos se atreven a internarse en cualquiera de sus áreas. Es una casa de estudios en la que se rechaza la intromisión de personas que llevan la intención de hacer proselitismo electoral o de cualquier otra índole que tenga que ver, directa o indirectamente con el poder público. Quien quiera hacer propaganda en el sector estudiantil universitario lleva las de perder, no se prestan a que en sus muros aparezcan pegatinas con el rostro de candidatos a un puesto público. Desde luego abominan de la hipocresía, de la mentira y en general de los políticos chafas que les quieran tomar el pelo. En el pasado se han visto con el poder público que les dejó huellas en el rostro específicamente en el caso de una puerta de la preparatoria número uno que sucumbió bajo disparos de grueso calibre, cual si se tratara de un fuerte que se habría de tomar a sangre y fuego, no de una casa de estudios en la que las únicas armas son los pupitres y los libros.

Años después lo encontramos siendo candidato a la Presidencia de la República sentado, inmóvil, con la vista perdida, pensativo, indeciso, preguntándose si valdría la pena arriesgarse. Esa era la cuestión a dilucidar, que lo había traído preocupado sin poder dormir sino a base de hipnóticos. Lo de menos era no ir, ¿quién se lo reprocharía? Cabe decir que en este país el candidato que logra llegar a la Presidencia se convierte de golpe y porrazo en un ser dotado de todos los dones de los que la naturaleza pueda equipar a un ser de carne y hueso. Es el más inteligente, el hombre más listo, el más sabio, el más bondadoso de cuya palabra dependen la fortuna o la desgracia de millones de seres humanos. De la noche a la mañana se convierte en el árbitro supremo de una nación.

Los orígenes de su poder se remontan a los tiempos en que Moctezuma Xocoyotzin era el amo y señor de estas tierras. Los que eran recibidos en su palacio entraban sin poderlo mirar ni darle la espalda. Él sentado en su trono sabía que sus órdenes serían ciegamente obedecidas. Tenía un tío que también había sido soberano en su tierra. Era supersticioso en grado sumo. Muy joven. De carácter enérgico e inflexible, al subir al trono se convertiría en soberbio, despótico y megalómano.

Desde que Moctezuma ocupó el trono, dispuso que la plebe incrustada en la administración pública fuera sustituida con gente de sangre noble, dándole inusitado esplendor a su corte. Al retirarse los visitantes y la servidumbre deberían hacerlo caminando hacia atrás. Toda su vida era de extraordinario lujo, comiendo en vajilla de oro y plata, usando ropas finísimas las que se ponía una solas vez, haciéndose traer pescado cogido el mismo día del Golfo o del Océano Pacífico, para lo cual disponía de corredores que se relevaban en las llanuras y las montañas.

Y ya que hablamos de proyectiles, murió a causa de una herida producida por una pedrada en la cabeza. Los conquistadores lo habían hecho salir a la terraza de su Palacio donde lo mantenían como rehén para que arengara al pueblo llamándolos para que depusieran sus armas. Al parecer se negó a ser atendido.

Y hablando de pedradas así le fue a Luis Echeverría Álvarez que obsecado y necio, a pesar de lo que en sentido contrario le aconsejaban sus guardaespaldas, se introdujo al campus de la UNAM siendo llevado a su automóvil al ser recibido con una pedriza.

Ahora le tocó el turno a un candidato actual a la Presidencia. No hubo piedras por tratarse de una escuela de estudios superiores privada. Además con anterioridad los alumnos habían recibido con tranquilidad al candidato de izquierda AMLO a cuyos seguidores se culparía de ser los autores del desaguisado del que fue víctima Enrique Peña Nieto.

Dice la nota que durante 20 minutos expuso su proyecto de gobierno y después se le sometió a un interrogatorio de más de 40 minutos. Al hablar del caso de Atenco, donde la Policía reprimió a campesinos y violó a mujeres, dijo que fue una decisión personal para restablecer el orden, en el uso legítimo de la fuerza que corresponde al Estado, sin que se dijera más, pues fue sacado por la puerta trasera del auditorio, dado que en la puerta de enfrente había cientos de alumnos gritando consignas en su contra. Para su fortuna no hubo piedras aunque sí demostraciones verbales, señala la nota, de rechazo a su presencia.

El líder nacional del PRI, después dijo que el candidato podría ya no ir a planteles educativos porque la mayoría se encuentra en períodos de exámenes. En fin, lo dicho, tiene sus bemoles irrumpir en las aulas universitarias.

Leer más de EDITORIAL

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 740618

elsiglo.mx