El estreno de la película será todo un acontecimiento, reviviendo aquellos lejanos días cuando las diferencias entre los hombres se arreglaban con marrullerías, ya sea por que los políticos así lo decidieran o porque el destino tomara en sus manos el degradar los asuntos públicos. Los cinéfilos se preguntan: ¿cuál sería el propósito de llevarla a la pantalla grande incidiendo, quiérase o no, en el proceso electoral que se está desarrollando, siendo además insidiosa porque presuntamente lleva la intención de mostrar cómo se las gastaban los Richeliu (recuérdese a los tres mosqueteros, obra de Alejandro Dumas), concretándose a traer un tema polémico que dará de qué hablar ¡y de qué manera!, a una sociedad de suyo pacata (de condición excesivamente pacífica, tranquila y moderada) desde ese entonces, y de aquí en adelante, cada día más renuente a permanecer callada, espectadora sin voz, ante los acontecimientos que ocurren en su entorno.
La cinta estará en los cines tres semanas antes de la elección presidencial, si es que los dejan pues, a pesar de lo que digan sus productores es una patente y rotunda censura al partido que tenía las riendas del poder y que ahora, en el evento eleccionario actual, postula candidato a Presidente de la República evidencía un quehacer cuya furia es arrolladora cuando se da la desobediencia de quienes están obligados a acatar las directrices fijadas, los que tienen que recurrir al derramamiento de sangre como único camino viable para deshacer el ovillo de lo que ellos mismos habían hecho. Se trata de la película el asesinato de Luis Donaldo Colosio, candidato del PRI, que tuvo lugar el 23 de marzo de1994; caso que a los ojos del mexicano de a pie no ha sido resuelto o lo que es peor no se ha querido desenredar satisfactoriamente. Que si fueron no una sino dos o más personas que dispararon sus armas de fuego; que no hubo un Aburto sino varios de rostro parecido, que el original murió apenas se le detuvo y fue cambiado por otro y al final se presentó a uno cuya media filiación era semejante, pero de diferente temple.
Total del que fue aprehendido en el mismo acto que se veía a simple vista mechudo, desmedrado, con mirada horrorizada, temerosa, distinto a ojos vista al que apareció vestido con el uniforme carcelario había una diferencia notable. Una mirada arrogante, bizarra, despectiva, retadora, postura marcial, actitud belicosa. De lo que he leído la película estadounidense JFK, que versa sobre el asesinato del Presidente John F. Kennedy, también se dice en principio que hubo un solo asesino, que a su vez es ejecutado por otro aun estando en manos de la Policía. Luego se hablaría de una conspiración. Una vidente le dijo que no fuera a Dallas. Desoyó el consejo. Se dijo que hubo varias personas disparando. Una testigo dijo a los investigadores que ella observó disparos que provenían del montículo de hierba, pero dice haber cambiado su versión de seis a sólo tres detonaciones al ser amenazada por el Servicio Secreto. Coincide con lo que 500 años antes dijo Nostradamus de que los asesinos de Kennedy se encontraban escondidos en el bosque umbrío, que es el otero de donde dijo la testigo haber escuchado la descarga.
En fin, dejemos las especulaciones a un lado, aunque toda la película está compuesta de especulaciones lo único cierto es que Colosio, el asesinato, está programada para aparecer ante los ojos de los mexicanos el muy próximo 8 de junio. Es un filme de 140 minutos de duración que conjuga el análisis de las averiguaciones efectuadas por la extinta fiscalía especial del caso y la recreación de una investigación ficticia realizada por un agente de seguridad nacional, a la que también se suman las ejecuciones de 15 personajes policiacos que en algún momento participaron en la indagatoria del crimen, es decir, el viernes de esta semana. Se afirma que lo querían muerto empresarios y políticos. La hipótesis de los corrillos políticos es que la muerte de Luis Donaldo Colosio fue orquestada desde la mismísima Presidencia de la República en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari, especulación que no comparto pues no hay pruebas de que haya sido así. Lo que es más creíble es la conclusión que usted pueda sacar después de ver cómo asesinan a un hombre a sangre fría.