En muchos países de América Latina, el precio que pagan las y los defensores de derechos humanos por realizar su trabajo es "demasiado alto", expresó ayer la relatora especial de Naciones Unidas (ONU), Margaret Sekaggya. La relatora de la ONU sobre la situación de defensoras y defensores de derechos humanos señaló que, "desafortunadamente, las y los defensores en la región de América Latina continúan sufriendo graves violaciones" a sus garantías individuales. Entre estas violaciones figuran "asesinatos, agresiones, hostigamiento, amenazas y estigmatización, por parte de autoridades y agentes no estatales, impidiéndoles llevar a cabo su legítima labor", agregó Sekaggya.