Marcelo Ebrard entrega la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México mañana. La semana pasada escribí los 10 puntos negativos de su sexenio. Concluyo hoy este ejercicio con los 10 puntos positivos de su gobierno.
1.- Alcalde liberal. Mientras que en el terreno nacional, desde la presidencia de la República y en 18 estados del país, se consolidó una corriente conservadora que negaba el derecho a decidir de las mujeres o el derecho a la protección jurídica que da el matrimonio a las parejas del mismo sexo, Ebrard encabezó, como nadie, la defensa de ambos derechos, sin contradicciones y sin miedo a "costos electorales". Aliados como David Razú, Marta Lamas o Sociedad Unida por la Defensa del Matrimonio entre Personas del Mismo Sexo tuvieron una buena interlocución y acceso a la incidencia.
2.- Ciudad global. Al tiempo que la imagen de México en el mundo, el llamado "Nation Branding" de Simon Anholt, fue en picada en el sexenio de Calderón, la Ciudad de México destacó en medios internacionales como un polo de inversión, de libertades y de turismo, como una capital de cultura, como dijeron los alcaldes que estuvieron en 2011 para entregarle el World Mayor Prize a Ebrard.
3.- Aciertos en movilidad. Si bien lo que destaca es el error y la terquedad ante la Supervía, también es cierto que Ebrard impulsó un programa mucho más ambicioso de movilidad que sus antecesores. La línea 12 del Metro, la ampliación del Metrobús a 134 kilómetros de carriles confinados con 3 líneas nuevas y el programa Ecobici con tres fases, más de 60 mil usuarios y con 260 cicloestaciones funcionando. Por ello me quedo con los puntos positivos en movilidad.
4.- Recuperación del espacio público. Ebrard entendió que la fortaleza de una ciudad está en su relación con el espacio público. El corredor peatonal de Madero, pese a las críticas iniciales, hoy es un éxito. La remodelación de la Plaza de la República, la recuperación de Garibaldi, los espacios recuperados debajo de los puentes en Circuito, con pistas para patinar, el entorno de la Basílica, entre otros, son espacios que dignifican y promueven la convivencia de los chilangos.
5.- Redes sociales. Twitter es para muchos un espacio lúdico y los tuits de "Tenemos sismo" o "ya limpié mi hemiciclo" de Ebrard provocaron carcajadas tuiteras, pero también es cierto que el todavía jefe de Gobierno informaba incluso de madrugada en cuanto se registraba un sismo y daba respuesta a varios tuiteros que le demandaban alguna ayuda o que denunciaban algún problema. Incluso la revista The Atlantic acaba de reconocer el uso de Ebrard de las redes sociales en un artículo de Luis Moreno. Si tan sólo todo su equipo hubiera tuiteado como él…
6.- Programa de Derechos Humanos. La Ciudad que deja Ebrard tiene el programa de derechos humanos más completo del país. Para él se trabajó con la Comisión de Derechos Humanos del DF, con ONG, con académicos, con la oficina del Alto Comisionado de DH de la ONU y con legisladores de la ALDF. Si bien, ante la represión que vimos en la Ciudad de México el fin de semana por la toma de protesta de Peña Nieto podría nublar este punto, lo cierto es que al menos en papel, el programa está bien hecho y es único en el país. Tocará a Mancera instrumentarlo a cabalidad.
7.- La profundización de programas sociales. Ebrard profundizó los programas sociales que arrancaron con López Obrador, como el de apoyo a adultos mayores que fue retomado por el Gobierno federal. Contrario a lo que se pensaba, Ebrard le dio viabilidad financiera a estos programas y en específico a la Red Ángel.
8.- Plan Verde. Para muchos chilangos queda la memoria del cielo gris y de la contaminación de los años 80 en la Ciudad de México. Hoy la capital de México ya no es la ciudad más contaminada del mundo y mucho se debe a la instrumentación del llamado Plan Verde que a 4 años de su instrumentación tiene la mejora de la calidad del aire entre sus logros.
9.- Seguridad. Hace algunos años, subirse a un taxi en la ciudad o a un microbús era arriesgarse a ser asaltado o secuestrado. Hoy, de acuerdo con datos de Inegi, el DF es de las ciudades más seguras del país. Frente a la violencia que se vive en otras partes de México, hoy incluso estudiantes universitarios de Monterrey han tenido que venirse a completar sus estudios a la capital. Por algo Mondragón y Kalb fue invitado al gabinete federal.
10.- Otra izquierda. Ebrard representa para muchos la posibilidad de que en México haya una izquierda distinta. Una que defienda temas de agenda liberal, como los derechos de las minorías. Una izquierda que dialogue con los empresarios, como también lo hizo AMLO de hecho. Una izquierda que participa en procesos electorales y acepta sus resultados, en lugar de desconocerlos. Una izquierda que no teme romper tabúes de la izquierda nacional revolucionaria al ver al capital como una fuente para generar bienestar social, pero que tampoco teme la intervención de las instituciones para corregir los abusos del sistema capitalista. Una izquierda que dialoga, una izquierda distinta.
Por todo lo anterior yo seré uno de los habitantes de la Ciudad de México que extrañará a Ebrard y de los que seguirán con interés su futuro político.
Politólogo e Internacionalista
Twitter @genarolozano
