"Es más importante el proceso que el producto"
J. Locke
N las áreas de la educación estamos en época de post-asueto, es decir en el regreso del período vacacional, sobre todo en la mayoría de los niveles de educación básica, en los que trabajan normalmente, (preescolar, primaria y secundaria); en todos los demás niveles, nos encontramos en época de evaluaciones extraordinarias, con una cierta inmovilidad académica. Es por esto que se vuelve imprescindible revisar aquellas actividades importantes que podemos y debemos realizar en períodos como éstos.
Dichas actividades deben considerarse como sustantivas, en tanto nos ayudan a iniciar ciclos que se comienzan a preparar e implementar; las funciones de las que estamos hablando son: La revisión de la evaluación docente, aspecto por demás importante que nos permite valorar las condiciones de desempeño del profesorado en aras de la mejora continua, sin embargo, evaluar la calidad de la enseñanza de un profesor es una tarea difícil, ya que "no existen parámetros universalmente válidos para calificar el servicio y tampoco se dispone de un modelo de profesor ideal con el cual comparar el desempeño de cada uno, bajo condiciones reales de operación" (Flórez Ochoa, R., 1999).
Cada proceso de enseñanza es un desciframiento y una interpretación muy personal del profesor, incluso con cada grupo de estudiantes en particular, enmarcados en una organización escolar específica para cada institución, por lo que es muy difícil establecer criterios claros y mensurables de lo que un buen profesor es. Por otro lado los mismos alumnos y padres de familia carecen de elementos para diferenciar la buena enseñanza de la deficiente, ya que al final un buen profesor se refleja en términos de las notas obtenidas por los estudiantes y por el nivel de simpatía que logró despertar en el grupo.
Administrativamente evaluar a los docentes se ha convertido más en una acción técnico-burocrática, que les permite a los directivos mostrar el nivel de aceptación que el profesor tiene con respecto a una serie de elementos de apreciación subjetiva, que los alumnos desarrollan en el transcurso de un ciclo escolar; desgraciadamente, al evaluar sólo se aplican algunos instrumentos a una muestra de alumnos, normalmente seleccionados al azar, pero sin una adecuada ponderación y mucho menos con una interpretación acorde a la naturaleza de los resultados. Se debería evaluar en su sentido más amplio, es decir coevaluar, (evaluándose entre pares de una misma academia), la evaluación que otorga el directivo o administrador escolar, la evaluación externa, etc.
Otras actividades, no menos importantes, son las reuniones de academia al inicio de cada ciclo, con toda la intención de valorar las condiciones reales de operación, con las que se trabajará el currículum escolar, es decir la aplicación en el aula de los planes y programas de estudio; una cosa es el currículum formal y otro el currículum real, esto significa, que lo que viene especificado en las cartas descriptivas de las distintas asignaturas, dista mucho de ser lo que en realidad se trabaja en el aula (esto sin considerar el currículum oculto, que no se explicita, pero está siempre presente).
Las reuniones de academia deben dejar de ser un solo evento técnico que se realiza al final o al principio de cada ciclo, para llenar un acta que firman todos los que en ella participan y que sirve de muy poco para orientar los procesos de enseñanza-aprendizaje que habrán de enfrentarse en experiencias subsecuentes. Debieran convertirse en el espacio privilegiado de discusión académica de los asuntos torales y de las dificultades que los profesores enfrentan cotidianamente. Ponerse de acuerdo entre pares, entre profesores de asignaturas afines debe ser un elemento esencial de la planeación educativa.
Este último elemento mencionado, la planeación educativa, se convierte en otra de las actividades sustantivas que deberíamos estar desarrollando es estas épocas y nos debe permitir enfrentar el trabajo que nos en el futuro inmediato; ya no es posible iniciar las próximas experiencias de aprendizaje de manera intuitiva, fortuita o empírica; no podemos seguir enfrentando el ciclo porvenir al ahí se va. Es de todos conocido que si no sabes a dónde te diriges, ningún camino te conducirá hacia allá; "El principal beneficio de la planeación es que nos obliga a las personas a pensar en el porvenir" (J.L. Thompson)
La planeación no es una disciplina científica, no cuenta hasta el momento con un cuerpo teórico especial, ni siquiera con técnicas exclusivamente suyas. Proviene de la administración; en un sentido lato, planeación es previsión (característica peculiar del homo sapiens y de otros animales) y trivialmente es una adivinanza, no obstante, todos percibimos la necesidad imperiosa de la planeación (en nuestras vidas, nuestro trabajo, etc.).
Este aspecto es crítico, algo que se quiera planear, tiene en general su propia dinámica, su propia inercia; los cambios que se induzcan, producto de las acciones de la planeación, deben ser aceptados por el sistema, no repudiados o ignorados, ya que grandes planes se han convertido en letra muerta por esta razón.
De todo lo anterior se desprende lo complejo de la actividad educativa, que al analizarla bajo sus nuevos enfoques nos permitirá comprenderla mejor. Hasta aquí podemos apreciar la gran cantidad de actividades que podemos y debemos realizar, al regresar de vacaciones.
Agradezco
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