Con la precisión de un apotegma infalible, la exitosa diseñadora de moda francesa Coco Chanel, dijo: "Las mujeres necesitamos la belleza para que los hombres nos amen, y la estupidez para que nosotras amemos a los hombres", pero esa estupidez llega más allá, está en lo más recóndito del hombre.
Desde el principio de los tiempos el hombre -como género- ha minusvalorado el poder de la mujer, a grado tal que en La Biblia se le carga la culpa a la mujer del pecado original; los griegos imputaban a Pandora que llegaran a la Tierra todos los males, debido a que curiosamente abrió la caja que celosamente se le había conferido.
Pero es el príncipe de las letras Víctor Hugo, quien precisa con claridad el papel de ambos géneros en la vida, en un fragmento de su poema "El Hombre y la Mujer", dice: "El hombre es el águila que vuela, la mujer es el ruiseñor que canta: Porque volar es conquistar el aire, porque cantar es conquistar el alma. En fin, el hombre está colocado donde termina la Tierra. La mujer, donde comienza el cielo."
Para el viejo Filósofo, hombre y mujer no somos contrarios, sino amoroso complemento para hacer que nuestro paso por esta vida sea tan maravilloso como espectacular. Fue hasta el siglo XX que la mujer en México se abrió paso -por derecho propio- en la vida pública. En la década de los veinte la Profesora Olivia Ramírez fue una de las primeras mujeres que presidió un partido político en el país, en el Partido Socialista Fronterizo, en Tamaulipas.
En 1952, Don Adolfo Ruiz Cortines se comprometió que una vez electo en 1953, promulgaría la reforma constitucional que a nivel federal otorgó el derecho a votar y ser votada a la mujer. Nuestra patria fue una antes y otra después, porque quedó claro que no fue una concesión gratuita, sino una conquista lograda por el talento de la mujer a favor de la equidad de género, que tanto bien le ha hecho a la nación.
En 1954 Aurora Jiménez fue electa como la primera Diputada Federal; María Lavalle Urbina fue la primera en llegar al Senado de la República y de presidirlo además, en 1965. En 1979 llegó la primera gobernadora con Doña Griselda Álvarez, en Colima.
En todos los ámbitos de la vida nacional la presencia de la mujer es destacada: en la ciencia, en la academia, en el arte, el sindicalismo, en las empresas... En ese último rubro hay una historia de éxito que me cautiva: La Asociación Mexicana de Mujeres Empresarias, A.C., que nace como filial de la que fuera fundada en Francia en 1945, hoy está presente en 60 países con más de 60 mil socias que forman una red de contactos de negocios a nivel mundial.
Esta organización se fundó en 1965, por un grupo de mujeres encabezado por Doña Blanca Rosa Álvarez, y desde entonces mujeres valiosas la han dirigido. Actualmente la preside Alía Lorena Ibarra Ávalos, desde 2011, quien ha trabajado por explorar e impulsar el valor de mujeres empresarias, por consolidar su reconocimiento atreviéndose a luchar por sus ideales. La asociación agrupa a empresarias, propietarias o accionistas que participan en la operación de micro, pequeñas, medianas y grandes empresas en el país.
Para Lorena, las mujeres empresarias llenas de capacidades, liderazgo, experiencia, tienen un decisivo papel a desempeñar, con un racimo de proyectos y sueños que cumplir, generando con su excepcional talento círculos virtuosos capaces de promover empleo, riqueza, competitividad y bienestar que eleva la calidad de vida de aquellos que son tocados por el talento y la magia de estas maravillosas mujeres empresarias.
Incontables son los logros que este grupo de sabias y valientes mujeres han logrado con su talento para generar bienestar y mejores condiciones laborales y de vida para miles de mexicanos, en cuyos hogares hay pan gracias a ellas, es decir, trabajan en construir un México en donde la divisa sea GANAR-GANAR. Lorena confirma lo que Shakespeare afirmaba: "Estamos hechos de la misma materia que los sueños", los sueños de miles de mujeres se han transformado en proyectos que HOY tienen una viabilidad increíble. A propósito, un diputado contrata a un encuestador para que investigue entre las mujeres de su distrito qué opinan de él, porque le gustaría lanzarse pa' Presidente Municipal. El encuestador pregunta a una mujer:
- ¿Qué opina de nuestro diputado?
Ella sin vacilar confiesa:
- Es un cínico que hizo promesas que no cumple, es un pillo, un inepto, un cínico, ¡no tiene vergüenza!, ¿no sé qué sería mejor?, si patearle el trasero, encarcelarlo, desaforarlo, lapidarlo o correrlo del pueblo.
Todas las respuestas fueron en el mismo sentido. La empresa encuestadora al redactar su informe señaló:
- "Diputado: ¡Las mujeres se muestran indecisas!"
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