Cultura Cultura columnas editorial

LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA

JUAN RECAREDO

Se dice que los ojos son las ventanas del alma. Y realmente la expresión de los sentimientos se muestra a través de los ojos más que de cualquier otra forma. Los ojos en sí son una de las grandes maravillas de los seres vivos y por eso su presencia es tan determinante en nuestra vida cotidiana.

Mírame a los ojos, se le dice a una persona cuando se piensa que no está diciendo la verdad, porque pocos pueden sostener una mirada frente a otra cuando no hay sinceridad en lo que dicen. Pelar el ojo o poner ojo de chícharo es estar listo y prevenido para que no lo vayan a pescar “con los calzones abajo” como al Tigre de Santa Julia que lo agarraron desahogando una necesidad fisiológica y eso le impidió huir a tiempo.

Hacer algo a ojos vistos es hacerlo “a la vista del público”, es decir sin recato alguno, sin esconderse, descarada o cínicamente. “Me estás robando a ojos vistos, no la amueles, de perdido despístale, disimula un poquito…”.

Las cosas suceden en un abrir y cerrar de ojos… es decir, intempestivamente, en una fracción de segundo que es lo que tarda uno en bajar el párpado y volverlo a subir. En realidad creo que este dicho está al revés porque se supone que tengo los ojos abiertos la mayor parte del tiempo, entonces primero tengo qué cerrarlos para poderlos abrir después, o sea que el dicho debería ser “en un cerrar y volver a abrir los ojos”.

¡Qué niño tan hermoso, comadre… déjeme tocarlo para no hacerle ojo! Hacerle ojo o el mal de ojo es una especie de maldición bajo cuyo influjo puede suceder una desgracia “… y yo no creo que sea cierto nada de eso comadre, pero por si las moscas mejor déjeme agarrar al chamaco para que no le vaya a pasar algo…”.

¿Con qué ojos, divino tuerto? Exclama uno cuando le proponen alguna operación y no tiene “ni en qué caerse muerto”. Lo que me preocupa es que por más que reviso y reviso el santoral, no encuentro a algún santo que haya estado tuerto y que haya sido declarado como “el divino tuerto”.

“Al ojo del amo engorda el caballo” dice una expresión muy popular que se aplica principalmente a los negocios en donde la presencia del dueño es indispensable para que el negocio marche bien y prospere, pues nadie tiene tanto interés como el dueño de que eso suceda.

Una persona que de pronto se desaparece se dice que se volvió “ojo de hormiga”… Imagínese el tamaño que debe tener el globo ocular de una hormiguita y por eso, la persona que se volvió uno (un ojo de hormiga) resulta tan difícil de localizar.

Escríbale a Don Juan Recaredo: La dirección de su correo electrónico es donjuanrecaredo@ gmail.com

¡NUEVO LIBRO! Ya está a la venta “Palabras y Cascabeleos! el nuevo libro de Don Ricardo Espinosa. Para adquirir éste o sus libros anteriores, pida información a libros@comodijo.net o bien al teléfono (0181) 8148 8141 de Monterrey, N.L.

PREGUNTA DEL PÚBLICO: Hay una frase que dice: “...por angas o mangas. Mi pregunta es ¿qué son las angas? Víctor Manuel Luna.

RESPUESTA: En la expresión POR ANGAS O MANGAS la palabra ANGAS no tiene significado alguno. Se usa sólo como un juego de palabras que rima con MANGAS. Frase reflexiva para terminar: El matrimonio es extraño: si te casas terminas lamentándolo. Si no te casas, también. ¿Cómo dijo? ¡LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA!

Leer más de Cultura

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Cultura

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 694170

elsiglo.mx