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Las palabras Tienen la Palabra

JUAN RECAREDO

UNA LETRA QUE PUEDEN PRONUNCIAR LOS MUDOS

Es la representación escrita del que se ha considerado el sonido humano más natural, puro y simple: basta con abrir la boca un poco y soltar el aire haciendo vibrar las cuerdas vocales para que se produzca. Por eso mismo y por muchas cosas más, la A está considerada la reina del abecedario. Fíjese usted: es la primera letra en la mayoría de los idiomas cultivados como el nuestro y además “con sus dos patitas muy abiertas al marchar” encabeza el desfile de las vocales que con tanta gracia describe Cri Cri, “el grillito cantor”.

La A solita es una preposición muy común en frases como “me voy a mi casa, ya no aguanto a tu mamá y no me vayas a buscar. En muchos vocablos la A determina el género para hacer del doctor una doctora, al escritor hacerlo una escritora y al director convertirlo en directora.

Algo que llama la atención son las historias y leyendas a que ha dado lugar la A por la forma gráfica triangular que tiene, supuestamente acerca de su origen. Hay quien dice que se formó inspirada en los trípodes que nuestros antepasados prehistóricos usaban para sacar agua de un pozo, o para mover algún objeto de gran peso, antes de que se inventara la polea.

Se supone que, ante la perspectiva del gran esfuerzo que habrían de hacer, los ancestros se paraban frente al trípode y jadeaban nada más de pensarlo y el jadeo era un a… a… a… suspirante que ahora haríamos aún más expresivo poniéndole una h junto, confiando en que la h es muda y sólo serviría para hacer más notoria la espiración: ah… ah… ah…

Al llevar el sonido al papel… ¿cuál papel si todavía ni de chiste que existiera…? bueno, al “papel” de la época que quizá fuera una piedra o una superficie de arcilla, nada más lógico que representar el sonido de la A por la figura del trípode que sería el objeto que naturalmente para ellos lo provocaba.

En “La Historia de las Letras” de Salvador y Lodares se narra la curiosa ocurrencia que tuvo un tal Francisco del Rosal a principios del Siglo 17, quien convencido de que la A es la única letra que pueden pronunciar hasta los mudos, imaginó que la A era la representación gráfica de una lengua cortada (¡qué bárbaro!… ¡éste sí se fue al baño!) diseñada así, -según él- para demostrar que para pronunciarla no hacía falta ni siquiera tener lengua y que, cortada ésta, bien podía producirse la A con sólo abrir la boca y expeler una brizna de aliento.

No muy lejos de él, estuvo el erudito dieciochesco Salvador J. Mañer que decía que la A nació acostada (cosa por otra parte muy normal para nosotros) porque era la representación gráfica de una trompeta (<) y que la diseñaron así imitando la forma en que se articula, que es expeliendo el aire con los labios abiertos.

Escríbale a Don Juan Recaredo: La dirección de su correo electrónico es donjuanrecaredo@gmail.com ¡LIBROS A LA VENTA! Ya está a la venta “Palabras y Cascabeleos! el nuevo libro de Don Ricardo Espinosa. Para adquirir éste o sus libros anteriores, pida información a libros@comodijo.net o bien al teléfono (0181) 8148 8141 de Monterrey, N. L.

PREGUNTA DEL PÚBLICO: Eduardo García Zúñiga. Quisiera me comentara cómo se escriben los números del diez al veinte.

RESPUESTA: Me imagino que lo pregunta para saber si dieciséis se escribe en una sola palabra o en tres: diez y seis. Lo correcto es una sola palabra. Igual sucede con el 17, el 18, etc. Hasta el veintinueve todos los números se escriben en una sola palabra.

A partir del 31 se escriben en dos, tres o más palabras, según el número. Treinta y uno, treinta y dos, etc. Caso gallego para terminar: El gallego estaba muy contento porque le regalaron unos esquíes para agua. Lástima que no pudo encontrar un lago en bajada. ¿Cómo dijo? ¡LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA!

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