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LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA

Juan Recaredo

EL COLOFÓN VIENE A LA COLA

¡Cómo nos daba risa cuando estábamos chiquillos y nos decían que había un pegamento llamado cola! Esa misma acepción de la palabra cola ha dado pie para muchos chistes. Y es que la cola, o más bien dicho, la palabra cola, tiene una larga cauda de acepciones o significados muy diversos.

Originalmente la cola es ese apéndice posterior que tienen los animales. Bueno, algunos animales porque no todos están de acuerdo con aquel dicho que advierte que “o todos coludos o todos rabones”.

Lo curioso del caso es que según ese dicho, los rabones son los que no tienen cola a pesar de que la palabra rabón parece indicar que el susodicho tiene un enorme rabo y si rabo y cola son la misma cosa, ¿entonces… en qué quedamos por fin, me quieres o no me quieres?

Hay colas de muy diversas características: Está la cola de caballo que es un peinado que usan las chavas cuando traen el pelo largo y no saben cómo peinarse, acaban resolviendo el problema haciéndose una cola de caballo. En Nuevo León también es famosa la Cascada Cola de Caballo que se llama así por razones muy obvias.

La cola es la semilla de un árbol ecuatorial con la que se prepara una bebida estimulante, los famosos refrescos de cola que combinados con una bebida alcohólica, sirven para preparar una cuba libre que por cierto no es de Cuba ni es libre.

Otras colas populares son la “cola de pato”, nombre con el que se conoce al tuxedo, un elegante traje de etiqueta con el que se hace que se vista el papá de la novia y con el que adquiere un asombroso parecido no con un pato sino más bien con un pingüino almidonado.

La cola más desesperante es la que hacemos en el banco o en alguna dependencia oficial para pagar los impuestos, aunque también tenemos que reconocer que hay colas de este tipo que son más agradables -si se les puede calificar así como la que hacen los aficionados cuando va a haber un importante partido de futbol o en alguna otra atracción o espectáculo que no nos queremos perder.

No quiero dejar de citar el protocolo y el colofón. El protocolo es un montón de reglas de alguna ceremonia diplomática o solemne. El nombre de protocolo le viene porque el protocolo es lo primero (proto) que está en una serie de normas pegadas, supuestamente unidas con cola o encoladas. El colofón es una palabra presuntuosa. Viene del griego e indica el remate de algo, lo que viene al final de ese algo, es decir, “a la cola”.

Escríbale a Don Juan Recaredo: La dirección de su correo electrónico es comodijo2@hotmail.com

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PREGUNTA DEL PÚBLICO:

Juan Collado pregunta ¿Qué significa la palabra toloache?

RESPUESTA:

El toloache es una planta narcótica, es decir que provoca sueño. La palabra toloache viene del náhuatl toloatzin que se refiere a alguien que inclina la cabeza porque eso es lo que hace uno por ejemplo cuando está sentado y se queda dormido: inclina la cabeza. En algunos lugares se dice que dándole de beber té de toloache a una persona, puede hacer que se enamore de quien se lo dio.

Frase renegada para terminar. Me cae mal Sócrates. Estoy harto de los que dicen que no saber nada es un signo de sabiduría. ¿Cómo dijo? LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA.

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