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LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA

Juan Recaredo

SALE EN VERSO CON MUCHO ESFUERZO

“Por lo que veo la cocina, está toda hecha una ruina…” No es raro que en el hablar cotidiano digamos una frase como ésta que tiene rima y luego es muy probable que rematemos con esa otra frase rimada que dice “salió en verso sin esfuerzo”. Es que por lo general confundimos “verso” con “rima” porque en lenguaje coloquial consideramos que un verso lo constituyen dos o más conjuntos de palabras que tienen la misma terminación como sucede en este caso con ruina y con cocina y eso es cierto sólo si el verso es rimado.

En realidad si nos ajustamos al significado original de la palabra, un verso es una línea o renglón, que generalmente forma parte de una poesía. El Diccionario Académico dice que un verso es “una palabra o conjunto de palabras sujetas a medida y cadencia o nada más a cadencia”, entendiendo que “la cadencia es la distribución proporcionada y grata de un conjunto de palabras mediante la combinación de acentos, cortes y pausas”.

El verso y la rima son base de la poesía y antes de que otra cosa suceda vamos a ver qué es la poesía. “La poesía es la manifestación de la belleza o del sentimiento estético por medio de la palabra. Cuando es rimada la poesía se dice que es “en verso” y si no lo es, entonces es poesía en prosa”.

La poesía es bella porque produce sonidos gratos al oído y lo grato puede expresarse de diversas maneras. La poesía puede ser amorosa, romántica, triste, violenta, humorística o de otros tipos, pero siempre produce o debe producir sonidos que al oírlos nos provocan sentimientos supuestamente agradables.

“Aquella noche decidióse

al cabo, el revólver

cogió medio nervioso

y se lanzó a la calle

presuroso,

no llevaba en la bolsa,

ni un centavo” (CONTINÚA)

Esto es lo que popularmente llamaríamos un verso y la rima es perfecta porque cabo rima con centavo y nervioso con presuroso.

Hay terminaciones de palabras que tienen muchísimas posibilidades de rimar. Imagínese una palabra terminada en “on” o en “ar”, pues hay infinidad de palabras que riman con ella. Hay otras que tienen muchas, pero no tantas como las terminaciones “ente” y “al” y también hay algunas que tienen sólo unas cuantas posibilidades y a veces se hacen rimar con terminaciones parecidas, pero no iguales.

Imagine por ejemplo una palabra terminada en “alca” sólo podría rimar con calca, desfalca y recalca… tal vez con alguna otra palabra que se nos escapa, pero en caso necesario la haríamos rimar con palabras de similar terminación como alta, falta, asalta o exalta y algunas más.

Ahora déjeme terminar este soneto que empecé líneas atrás y que tiene un final inesperado:

¡No más vivir de la miseria esclavo! dijo ante sí, sintiéndose un coloso. De su propia chaqueta hizo un embozo y entró a una tienda con aspecto bravo.

Detrás del mostrador, un grave anciano estaba devanándose los sesos atento en el balance cotidiano.

Las monedas colmaron sus excesos, tomó el revólver, lo empuñó en su mano ¡y lo dejó empeñado en treinta pesos!

Ahí tiene usted una rima perfecta en un soneto humorístico, original de Rosendo Ocañas genial vate regiomontano.

PREGUNTA DEL PÚBLICO:

Recuerdo que en la primaria, hace ya varios años, a los de Jamaica les llamábamos “jamaiquinos”. Sin embargo, por ahí unos cronistas deportivos empiezan a utilizar el término “jamaicano”. ¿Cuál de esos términos debe aplicarse? Daniel Gálvez Cruz.

RESPUESTA:

En el Diccionario Geográfico Universal aparecen ambas formas: jamaiquino y jamaicano.

Sentencia para terminar: Todo hombre es fiel, hasta que se demuestre lo contrario. ¿Cómo dijo? LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA.

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