El gobierno de la ciudad de México y otros en la república consideran a los ciudadanos como menores de edad o retrasados mentales que deben ser tutelados para no meterse en problemas. Por eso están recuperando una ley seca innecesaria, como lo ha comprobado el comportamiento de los ciudadanos. Lo hacen además en un fin de semana de quincena y de final de Eurocopa para hacer el mayor daño posible.
Ayer la Secretaría de Gobierno del Distrito Federal publicó en la Gaceta Oficial un "acuerdo" por el cual prohíbe la venta de bebidas alcohólicas este fin de semana (en realidad un "acuerdo" es un convenio de varias partes por lo que éste es un decreto que la autoridad impone a los ciudadanos). La ley seca se aplicará también en otras entidades, aunque no en todas. Baja California, por ejemplo, tiene una actitud más moderna y no tendrá esta restricción que tanto daño hace a la actividad turística.
El Código Federal de Procedimientos e Instituciones Electorales (Cofipe) ya no ordena la ley seca. En el artículo 286, párrafo 2, simplemente señala: "El día de la elección y el precedente las autoridades competentes, de acuerdo a la normatividad que exista en cada entidad federativa, podrán establecer medidas para limitar el horario de servicio de los establecimientos en los que se sirvan bebidas embriagantes."
El gobierno capitalino justifica la prohibición, que no sólo afecta a los bares y restaurantes en que se sirven bebidas sino también a las tiendas, con el argumento de que "las actividades relacionadas con la venta de las bebidas alcohólicas… podrían traer consecuencias negativas para la seguridad pública si se desarrollan en los días de votaciones, debido a la gran cantidad de gente que acude a hacer efectivo el sufragio". Por este "podrían" el gobierno nos llama violentos y borrachos a los ciudadanos. Además, el decreto evidencia una actitud discriminatoria. La marcha y el mitin de cierre de campaña de Andrés Manuel López Obrador el miércoles 27 de junio reunió muchísima más gente que la casilla más concurrida. Si la "gran cantidad de gente" fuera una razón para prohibir la venta de bebidas alcohólicas, esto se debería hacer cada vez que hubiera una manifestación multitudinaria.
La verdad es que los capitalinos hemos sido bastante bien portados en días de elecciones. En 2009 no se aplicó la ley seca y no hubo un solo incidente violento en la ciudad. Aun así la autoridad nos castiga al prohibirnos comprar un producto legal y al afectar de manera severa los ingresos de miles de personas que trabajan en bares, restaurantes y otros establecimientos mercantiles. La medida ni siquiera es eficaz para impedir que la gente consuma alcohol, porque cualquiera puede comprar y almacenar bebidas con anterioridad.
El estado y los municipios de Baja California han tomado la decisión contraria. No aplicarán la ley seca porque en las últimas cuatro jornadas electorales --federales y locales-- ha habido venta de bebidas sin incidentes que afecten los procesos. Para qué hacerle daño a la actividad económica si no hay razón.
Las autoridades del Distrito Federal son cada vez más retrógradas. Siguen pensando que es función del gobierno aplicar restricciones moralistas al comportamiento de los ciudadanos. A los políticos, por supuesto, no les importa que la gente común y corriente pierda ingresos… ellos reciben sus sueldos sin descuento alguno al final de la quincena. Pero a los miles que dependen de las ventas de bebidas alcohólicas, el gobierno los está despojando de una parte de sus ingresos. Quizá ése sea el propósito de este húmedo decreto.
ENCUESTAS
En este momento de veda electoral está prohibida la difusión de encuestas, pero no su levantamiento. Esto quiere decir que algunos ciudadanos estarán mejor informados que los demás. Una vez más queda de manifiesto la miopía de los legisladores.
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