Sin rumbo. Foto de archivo, tomada el 29 de agosto de 2010 del entonces líder libio, Muamar al Gadafi.
Un año después de la muerte del dictador Muamar al Gadafi y el anuncio de la liberación de Libia, el país todavía está en el punto muerto político, económico y de seguridad, y la transición está casi bloqueada.
La constatación la ha hecho sin la menor complacencia y en los términos más amargos el personaje principal de esta transición, el presidente del Parlamento libio, Mohamed al Magrif.
En una intervención anoche en la televisión local, el presidente de la Asamblea Nacional del Congreso (CGN, el Parlamento elegido en julio pasado) empleó las palabras "negligencia" , "retraso" , "descontento" , "caos " , "desorden" o incluso "corrupción" para describir la situación que vive su país. Al Magrif, apuntaba como el gran desafío sobre todo de la seguridad del país, diciendo que la ausencia de un Ejército y de la policía y la falta de control de armas es una "negligencia" .
En el país, hay todavía milicias fuertemente armadas que, aunque las autoridades dicen que están afiliadas a las fuerzas regulares, continúan imponiendo su ley en muchos lugares.
La inseguridad reina en varias ciudades y los asesinatos son frecuentes especialmente en Bengasi, bastión de la rebelión. Uno de los peores episodios fue el atentado del pasado 11 de septiembre contra la embajada de Estados Unidos en Bengasi, en el que murió el embajador, Christopher Steven y otros tres funcionarios estadounidenses.
Otro palo, en la rueda de la estabilidad y la preservación de la seguridad de Libia es Bani Walid, último bastión del antiguo régimen, todavía refugio de cientos de partidarios de Gadafi.
Esta ciudad, situada al sureste de la capital, se escapa totalmente del control de las autoridades nuevas, está sitiada desde hace casi dos semanas. Violentos enfrentamientos han tenido lugar en los últimos días, con el saldo de varios muertos y heridos.
En el plano político, las dificultades son mayores, y la parálisis de la administración pública tiene un impacto negativo en la vida cotidiana de la población. Si desea obtener la confianza del Parlamento, el nuevo primer ministro, Ali Zidan, necesitará lograr un equilibrio perfecto entre las diferentes fuerzas y regiones.
El mismo sentimiento de decepción es formulado por Mohamed Zin el Abidin, miembro del antiguo Consejo Nacional de Transición (CNT), brazo político de la rebelión durante la revolución que deploró la situación en su país, y apuesta por la aplicación de un "gobierno fuerte", para poner a Libia en marcha. Al Berasi Mohamed Aisa, un líder de la rebelión en la ciudad de Bengasi, cree que la seguridad y la paz a la que aspiran los libios están aún lejos.
"Los libios quieren una vida digna y libre, la democracia y un Estado moderno con instituciones fuertes, pero por desgracia un grupo de oportunistas se opone a los objetivos de nuestra revolución noble" , señaló.
La profesora, Mehasen Bashir se preguntó por la ausencia de una fiesta para celebrar el primer aniversario de la liberación de Libia de la dictadura anterior y manifestó que sus compatriotas aún están esperando para disfrutar de los frutos de los sacrificios que hicieron durante la revolución.
Reportan muerto a hijo de Gadafi
Jamis, el hijo menor del dictador Muamar el Gadafi, ha resultado muerto hoy en Beni Walid, sureste de la capital libia, anunció a Efe Anouar Echouan, uno de los jefes de la milicia, "el escudo de Libia" , afiliada a las fuerzas regulares.
La fuente agregó que Jamis murió durante un combate que se inició esta mañana en Bani Walid, ciudad situada a 90 kilómetros al sureste de Trípoli, y escenario de enfrentamientos entre milicias locales y fuerzas regulares desde principios de semana.
Las autoridades libias habían dado por muerto a Jamis a finales de agosto de 2011, durante la conocida como batalla de Tarhuna que tuvo lugar en esa localidad poco después de la caída de Trípoli en manos de rebeldes, el día 20 de agosto.
Según la fuente, el cadáver de Jamis, líder de una de las brigadas de élite más temidas del antiguo régimen, fue trasladado al hospital de Misrata, donde hoy hace un año fue trasladado el cadáver de su padre, asesinado tras ser capturado por milicianos en Sirte, su ciudad natal. El portavoz del Parlamento libio, Omar Humeidan, explicó en la cadena "Libia al Ahrar", que en un primer momento, Jamis resultó herido durante los combates, en los que según fuentes médicas han muerto hasta el momento 22 combatientes de las fuerzas regulares, y otros 200 han resultado heridos.