Con la Reforma a los artículos 24 y 40, el Estado Mexicano ratifica la libertad de religión y la manifestación libre de la misma, consideró el diputado federal Bonifacio Herrera Rivera.
Ya no es necesario pedir permiso a las autoridades para profesar lo que el ciudadano mexicano cree.
Y es que a pesar de que la Constitución hacía respetar la libertad de creencias religiosas no contemplaba la libre profesión y manifestación de las mismas.
El hecho de que el Estado sea laico no significa que deba ser antirreligioso, ya que el hecho de que el ser humano crea y comparta, es parte fundamental de sus derechos.
NECESIDAD
Con la reforma, los mexicanos de cualquier credo religioso tienen ahora el derecho de pronunciarse públicamente, sin tener que pedir un permiso especial para ello.
Además, los padres de familia pueden educar a sus hijos en la fe que ellos consideren prudente, "pues una libertad religiosa no puede dar el permiso de creer lo que sea, pero sin que nadie lo sepa".
En esto radica el cambio a la Constitución, pues por una parte se fortalece el Estado laico y por otro se otorgan garantías a los ciudadanos en cuanto a su libertad religiosa.