Apoyo. El acercamiento entre adultos mayores y perros es guiado por una voluntaria para que nadie resulte lastimado o disgustado.
Su buen humor y optimismo hacían brillar a "Coquito" en el hogar de ancianas San Vicente de Paul. Es una mujer que entre broma y broma no reveló su edad; su personalidad era jovial e incluso opacaba a su cabello corto y blanco. Su memoria era lo bastante fresca para recordar a los perritos que rescató de la calle.
Socorro Falcón, llamada con cariño "Coquito", quien se ayuda de una silla de ruedas para desplazarse, estaba concentrada en su tarea de dibujo -la cual le asesoraban estudiantes voluntarios- cuando le acercaron a "Bombón", a quien pronto quiso cargar.
"Bombón" es una perrita que fue rescatada del Centro Antirrábico por la asociación civil Mamá Tila: Amor Canino, grupo que comenzó a practicar la terapia asistida con perros para personas de la tercera edad. Es el primer y único lugar que les ha abierto las puertas es la casa para mujeres en mención.
La perrita es de talla pequeña aún; dicen que no crecerá mucho. Es blanca con toques café en sus orejas, patas y el contorno de sus ojos; su nariz es color marrón; su pelaje es suave y de tamaño mediano.
Es juguetona: le gusta el contacto con la gente, lamer, brincar, moverse mucho y llora a manera de "chipileo" si la acarician o le hablan, mas no es agresiva, por ello fue candidata a dar un paseo por San Vicente de Paul. La amigable "Bombón" está disponible para adopción.
"Coquito" reconoció primero a Elizabeth Zapata, la encargada de Atención a Personas de la Tercera Edad de Mamá Tila, después, acarició la patita de la canina al pasar sus dedos entre su pelo, luego la cargó en sus piernas.
Bombón se recostó, parecía que se dormiría; pero comenzó a lamer las manos de su cuidadora temporal. "Ya, es que ya tomó mucha confianza", dijo "Coquito" para que Elizabeth cargara a la mascota y seguir jugando con sus patitas, aunque luego la volvió a abrazar.
La señora de tan peculiar humor tiene un año en el hospicio. Sus dos hijos decidieron internarla ahí para que recibiera la atención que requiere, ya que padece artritis, según explicó, a la vez que subrayó que en San Vicente de Paul la tratan bien.
Sus "jóvenes", como ella los nombró, la visitan de vez en cuando, dijo, pues son hombres que trabajan y no siempre tienen tiempo, uno de ellos viaja a México, comentó.
Le gusta que sus hijos le lleven golosinas, ya sean dulces, paletas o chocolates.
La dama se identificó con Mamá Tila porque durante toda su vida recogió perritos de la calle y les daba un espacio en su casa.
"Me daban mucha lástima, los quiero a todos, sin importar su raza, color o tamaño, todos son hermosos".
Antes de ingresar al hogar de las damas vicentinas tenía tres perros. "El Niño", se llamaba el perro que recordó con prontitud, al que describió de la siguiente manera: "era chiquito, no crecía, por eso le puse "El Niño" y también era muy obediente, yo lo quería mucho".
En la pasada visita de los caninos de Mamá Tila "Coquito" estuvo complacida de conocerlos, al igual que en esta ocasión y como será en la próxima.
Durante la actividad bromeó sobre su edad, la gente, el matrimonio y hasta cómo mantener a tantos perros o en su caso, hijos.
A los rescatistas de animales, tanto en grupo e individuales, les mandó un mensaje: que cuiden y traten bien a los animales".
REACCIONES
La señora Isabel no tuvo mascotas antes de ingresar al asilo a pesar de que le agradan mucho los perros, por ello se siente contenta de ver a los caninos que visitan el hogar, expresó.
Isabel dijo tener 82 años de edad y 20 en el asilo "toda un vida", recalcó.
La dama, con una sonrisa que no apartó de su rostro, acarició las patitas y cabeza de Bombón y preguntó quién más ladraba, se trataba de "Alix", un perrito más pequeño que "Bombón" recién salvado del Centro Antirrábico.
A Isabel le causó gracia que el canino aun no se acostumbrara a estar entre la gente y atinó a "hacerle un cariño" desde lejos, antes de que lo sacaran al patio.
De las damas que se reunieron en el salón de usos múltiples una tarde no todas habían convivido con perros antes, algunas pensaban que "Bombón" podría morderlas.
Con precaución, la señora Concepción pasó su mano sobre el lomo, orejas y patas de la perrita blanca, le agradó la suavidad de su pelo.
Bertha Torres Sánchez rompió con la regla, ella no es adulta mayor todavía. Tiene 47 años y padece artritis, a ella la llevaron a San Vicente de Paul porque no hubo cupo en otro sitio, Bertha era indigente, describió la enfermera del hogar Eva Valles.
Ella, quien atiende a todas las habitantes, agregó que Bertha casi no podía caminar cuando ingresó a la casa, ahora lo hace con una andadera.
La propia inquilina comentó que cada dos meses el personal la lleva al Seguro Popular para que la revisen y le den sus medicinas.
Bertha también tuvo un perro, "El Zorrillo", al que recordó mientras jugaba y abrazaba a la consentida "Bombón". Compartió que de igual forma tuvo pollitos.
Comentó que quiere que vuelvan a ir los canes a la casa, "los quiero a todos".
ARMANDO ACEVEDO / El Siglo de Durango
SOCORRO FALCÓN ARMANDO ACEVEDO/ El Siglo de Durango
Beneficios de la terapia asistida con perros
La terapia asistida con perros estimula la memoria de los adultos mayores ya que por lo general recuerdan a alguna mascota, además fomenta la motricidad ya que tratan de interactuar con los animales y mejora su estado de ánimo, explicó Elizabeth Zapata, encargada de Atención a Personas de la Tercera Edad del grupo de rescate canino Mamá Tila: Amor Canino.
La convivencia con perros hace que los adultos se olviden de soledad y el abandono en que a veces se encuentran por estar lejos de su familia y salen de la rutina que desarrollan en los asilos. También reduce la presión arterial y la depresión.
Varios animales se utilizan para terapias con diferentes propósitos. Los perros fueron seleccionados para los adultos mayores ya que provocan risas si hace alguna gracia y les gusta el contacto humano.
Agregó que se seleccionan a canes pequeños y tranquilos para que no lastimen ni incomoden a las personas.
Es la segunda vez que Mamá Tila lleva la terapia asistida con perros al hogar de ancianas San Vicente de Paul, es el primer sitio que acepta la propuesta, en otros han encontrado resistencia, dijo.
Eva Valles, enfermera del asilo, aseveró que al principio no se explicaban cómo se realizaría una terapia con perros; pero les dieron la oportunidad de asistir para conocerla.
A las habitantes les ha servido como recreación y les gusta la interacción, claro, no a todas les agradan los animales, a ellas no se les obliga a convivir, subrayó.
En la casa de San Vicente de Paul viven 33 mujeres, la mayor tiene 105 años y la menor 47, es el caso excepcional de la ex indigente Bertha Torres Sánchez.