Veintitrés nuevos personajes del futbol ingresaron al Salón de la Fama de Pachuca. (Jam Media)
La orquesta tocaba melodías para evocar las epopeyas del futbol, mientras la emoción de los investidos al Salón de la Fama se alzó hacia la inmortalidad. Esas 23 figuras que brindaron el deleite con sus jugadas a los aficionados, entrenadores revolucionarios, y directivos, que gestaron equipos de leyenda, grabaron su nombre en un recinto pachuqueño que nos recordará que ellos enaltecieron al deporte más popular del mundo.
Su calidad, las estadísticas, su carisma e historia les dieron derecho a vestir un saco conmemorativo que les permite estar entre los inmortales.
A partir de hoy nadie olvidará que Jules Rimet fue el gestor de la Copa del Mundo, que Obdulio Varela fue uno de esos uruguayos que se atrevieron a dar el 'Maracanazo' ni que Rinus Michels entrenó a la Naranja Mecánica o que Just Fontaine es el máximo anotador (13) en un Mundial.
Dino Zoff, Emilio Butragueño, Mario Alberto Kempes, Bobby Moore y Ricardo Zamora también fueron colocados eternamente en el recuerdo de los grandes que le dieron brillo al balompié mundial.
Para México, Luis Hernández, el máximo anotador tricolor en Mundiales; Carlos Hermosillo, el mejor romperredes nacional, junto a Alex Aguinaga, Jaime "Tubo" Gómez, Benjamín Galindo, Cristóbal Ortega, Luis Roberto Alves "Zague" y Manuel Negrete, así como los ingenieros Javier de la Torre y Guillermo Aguilar Álvarez se consagraron. Otros fueron denominados decanos: Juan "Trompo" Carreño, José Antonio Roca y Fernando Marcos.
"Quiero compartir el placer que para mí supone estar en México, aquí disputé mi primer Mundial, jugué en el Celaya y es mi segundo país, cuando vengo acá no me siento un extranjero", expresó Emilio Butragueño, ex figura del Real Madrid y de España.