“En política, si quieres que algo sea dicho, pídeselo a un hombre… pero si quieres que algo se haga, pídeselo a una mujer”
MARGARET THATCHER
“El día de hoy termina la contienda interna y comenzamos un nuevo camino, el camino para derrotar al verdadero adversario de México, a quien representa el autoritarismo y lo peor de la práctica antidemocrática, a quien representa el regreso de la corrupción como sistema y la impunidad como condena.
Ese adversario es Peña Nieto y su partido”
JOSEFINA VÁZQUEZ MOTA
Por primera vez en la historia una mujer tiene posibilidades reales de alcanzar la Presidencia de la República. Hablo de Josefina Vázquez Mota, quien tras una corta, pero vertiginosa carrera en la escena pública, fue ungida como candidata del PAN con miras a los comicios de julio. En el marco de una elección interna no exenta de rispidez, enfrentamientos y prácticas que recuerdan las épocas de oro del priismo, Vázquez Mota venció cómodamente a Santiago Creel -un hombre de fuerte tufo al pasado- y a Ernesto Cordero, el delfín del presidente Felipe Calderón, en realidad el gran perdedor del pasado domingo. Queda como evidencia de los nuevos tiempos el hecho de que hoy en día el titular del Ejecutivo no es el gran elector ni puede imponer tan fácilmente su voluntad. Muy a pesar del abierto apoyo hacia Cordero desde Los Pinos, el panismo nacional votó en contra de los suspirantes oficiales, votó en libertad.
Salvo el caso del Panal de Elba Esther Gordillo, que todavía no tiene candidato -cabe destacar que ello poco importa- las cartas están sobre la mesa. Después de años de confrontación, dimes y diretes y derrotas en las urnas, la izquierda se muestra unida en torno a Andrés Manuel López Obrador y su nuevo discurso amoroso que a más de uno sorprende y deja incrédulo. Aunque nada está escrito de aquí en adelante, todas las encuestas sitúan al tabasqueño en tercer lugar. Remontar posiciones o alcanzar los índices de popularidad que tuvo es 2005 se antoja francamente difícil; el electorado no olvida la toma de Paseo de la Reforma ni ha logrado desprenderse del miedo que supone un estilo de gobierno diametralmente opuesto y desconocido; de ahí que Vázquez Mota haya señalado oportunamente que el enemigo a vencer responde al nombre de Enrique Peña Nieto.
A pesar de que hace algunos meses los priistas se mostraban seguros de regresar a Los Pinos, lo cierto es que hoy las cosas no resultan tan sencillas. Según los números de una importante casa encuestadora, Enrique Peña Nieto ha descendido alrededor de veinte puntos en las preferencias de los votantes. Su manifiesta incapacidad para improvisar, los dislates en la Feria Internacional del Libro, las indiscreciones de su vida privada, el no ser la señora de la casa, los apoyos de personajes de dudosa reputación, ser el candidato de Televisa y el supuesto patiño de Salinas, el desgaste que suponen las precampañas: todo ello ha contribuido a mermar al otrora puntero. Como ha trascendido en diversos medios, en el círculo cercano a Peña desde el principio existió preocupación frente a una eventual candidatura de Vázquez Mota, a quien ven como una contendiente de peso a la que no será sencillo vencer. Para muestra basta recordar que al inicio del proceso de elección interna en el PAN, Ernesto Cordero aventajaba a Josefina de forma importante. Es claro que estamos frente a lo que será una elección muy disputada.
Si pretende ganar la Presidencia de la República, Vázquez Mota deberá apelar a la simpatía de los votantes progresistas y de los indecisos. También será importante establecer una conexión ideológica con los jóvenes, muchos de los cuales votarán por primera vez y no necesariamente recuerdan las crisis recurrentes y todo aquello -bueno y malo- que supuso la hegemonía priista a lo largo de siete décadas. En tanto, el hartazgo generalizado después de doce años de administraciones panistas, la idea de que la alternancia sirvió de poco y los cuarenta mil muertos que arroja una guerra contra el narco cuya estrategia es urgente replantear, son factores a vencer si el PAN busca extender su estancia en Los Pinos.
Pese a su corta carrera en la administración federal, la imagen de Josefina Vázquez Mota es positiva tanto en los ámbitos de lo público como en el de lo privado. Ha estado casada por muchos años, tiene una familia sólida y en apariencia unida a la que no se le conocen escándalos ni irregularidades financieras pues se encuentra cimentada a partir de la cultura del esfuerzo. Sus habilidades para negociar y tender puentes entre las distintas fuerzas, la facilidad de hacer amigos y despertar abierta simpatía, su condición de mujer y el que el cincuenta y un porciento del padrón electoral esté constituido por el voto femenino, constituyen puntos a su favor. En tanto hay que tener presente el hecho de que cuenta con un destacado equipo de asesores de probada habilidad y experiencia en contiendas previas a los que les gusta el juego rudo y no dejarán pasar la oportunidad de dar una buena batalla. Para ejemplos Antonio Solá, artífice de la campaña sucia en contra de López Obrador, aquella que rezaba : "Un peligro para México".
En entrevista con Joaquín López Dóriga pude observar a una Josefina Vázquez Mota confiada, segura de sí, dueña del momento y los reflectores, con la bola en su cancha, que asegura será "la Presidenta de México", "la Comandante Suprema de las Fuerzas Armadas" y ya utiliza un lenguaje corporal y diversas expresiones propias de aquel que detenta la Jefatura de Estado.
De aquí al primero de julio falta mucho por ver. Será prerrogativa de los electores decidir si el PAN permanece en Los Pinos y si México, por primera vez en la historia, será gobernado por una mujer.
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