El proceso electoral todavía no termina. El domingo serán los esperados comicios y luego vendrá una serie de pasos legales que incluirán protestas, impugnaciones, constancias, calificaciones y fallos de las instancias electorales para concluir con la toma de protesta de los cargos en disputa.
Pero las campañas electorales concluyeron este miércoles y por lo mismo se puede realizar un primer análisis de esta intensa jornada política que mantuvo en vilo al grueso de los mexicanos.
Iniciemos por mencionar lo bueno:
1) La violencia no invadió al país. Había un temor justificado de que el crimen organizado y también "el desorganizado" como lo calificaba Jesus Blancornelas, impedirían la buena marcha de las campañas. Pero no ocurrió así, hubo incidentes graves como crímenes y agresiones contra candidatos, pero fueron hecho aislados y muy localizados.
2) La cobertura informativa en los medios fue amplia y más equilibrada. Se llegó al extremo de darle el mismo espacio al candidato del Panal, Gabriel Quadri, que a los representantes del PRI, PAN y PRD. Por primera vez en la historia los principales canales de televisión transmitieron uno de los dos debates presidenciales y ni qué decir del caudal informativo que vertieron las redes sociales a lo largo de estos meses.
3) El despertar de los jóvenes a través del movimiento #YoSoy132 además de otras vías, trajo vida y entusiasmo a las campañas políticas cuando atravesaban una profunda modorra. Las expresiones juveniles mantuvieron su autenticidad e independencia en lo general, pese a los intentos de los partidos por infiltrar y manipular el movimiento.
Pero no todo fue vida y dulzura, el lado malo y oscuro de 2012 puede resumirse así:
1) La ley electoral complicó y contaminó buena parte de las campañas. Por un lado se vivieron vedas electorales absurdas y por el otro un exceso impresionante en la transmisión de spots promocionales en radio y televisión. En zonas fronterizas resultaba ridículo escuchar anuncios en inglés de los partidos por estaciones anglosajonas que tienen su licencia para transmitir en territorio mexicano.
2) La guerra de encuestas fue espantosa y manipulada. Algunas empresas exageraron al aplicar y publicar encuestas diarias, mientras otras daban resultados con brincos disparatados. La "encuestitis" provocó además que los electores dejaran a un lado el análisis de las propuestas para centrarse en los porcentajes de las simpatías.
3) Los debates presidenciales y los locales fueron en su mayoría insuficientes y bajo formatos rígidos y acartonados. Un debate debiera ser conducido por dos o más periodistas que cuestionen y pongan en aprietos a los candidatos. Lo que vimos este año fueron exposiciones personales aderezadas con ataques aislados entre los candidatos, pero sin llegar al fondo de los temas que desean conocer los electores.
Finalmente lo feo de 2012 queda sintetizado en los siguientes dos puntos:
1) El cambio de "chaqueta" entre miembros de los partidos desprestigió la cultura política de México. Así vimos al expresidente Fox apoyando a un candidato ajeno a su partido, a una Rosario Robles que le dio la espalda al PRD y ni qué decir del expanista Manuel Espino, quien por poco se proclama salvador de los mexicanos.
2) De nueva cuenta las autoridades electorales discriminaron a los mexicanos en el exterior al poner demasiados candados para votar desde el extranjero. Sólo se registraron para votar 59 mil mexicanos que viven en 104 países, cantidad irrisoria si tomamos en cuenta que en Estados Unidos viven unos 12 millones de connacionales.
APUNTES FINALES…
A escasos días del 1º de julio, el gobierno de Felipe Calderón dejó en entredicho el aparente éxito de su ofensiva contra la drogas… Primero con la supuesta captura del hijo de Joaquín "el Chapo" Guzmán y después con el enfrentamiento a tiros entre policías federales en pleno aeropuerto del Distrito Federal… Vayamos todos a votar el domingo, no se deje vencer por la desidia, la flojera ni la desesperanza… Tampoco haga caso de anular su voto, al menos vote por el menos malo de los candidatos, la democracia no es ninguna panacea, pero es mejor que cualquier dictadura.
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