El argelino Taoufik Makhloufi (Cen.) se proclamó campeón al completar la distancia en un tiempo de 3:34.08 minutos. Lo descalifican, regresa y gana el oro en los 1,500 m
El atleta argelino Taoufik Makhloufi, recalificado para la final olímpica de 1,500 por los delegados técnicos, puso colofón a la quinta jornada del atletismo en los Juegos con una victoria insultante que sorprendió más todavía en contraste con el naufragio de los grandes favoritos, los kenianos.
El keniano Asbel Kiprop, campeón mundial, que pretendía emular al presidente del Comité Organizador de Londres 2012, Sebastian Coe, revalidando su título olímpico, acabó duodécimo y último, y Kenia, que llegó a pensar en un triplete inédito en 104 años, no pasó del séptimo lugar de Silas Kiplagat.
Hace 24 horas Makhloufi estaba fuera de la final de 1,500. El juez de carrera de la primera ronda de 800 decidió descalificarlo por entender que no había prestado su esfuerzo de buena fe, al abandonar su serie cuando sólo había recorrido cien metros.
La Federación Argelina alegó que Makhloufi se había retirado para no agravar sus molestias en una rodilla, en vísperas de la final de 1,500, y los delegados técnicos, a la vista del informe médico, decidieron readmitirlo. Ahora es campeón olímpico y con una superioridad insólita cuando se enfrentaba a atletas de tanto peso en la historia reciente.
Chepseba y el bahrainí Belal Mansoor Alí, hombro con hombro, marcaron la pauta en las primeras vueltas: 58.30 el 400, 1:58.63 el 800. La carrera discurría sin novedad hasta que el propio Chepseba empezó a forzar la máquina a 600 del final.