La bronquiolitis es la inflamación de los bronquios, que se presenta sobre todo en bebés menores de dos años y se puede considerar la enfermedad precursora del asma. INGIMAGE
En verano, las enfermedades respiratorias son causa del 30 por ciento (18) de las 60 consultas diarias que atiende el Servicio de Urgencias Pediatría del Antiguo Hospital Civil “Fray Antonio Alcalde”.
En lo que se refiere a las enfermedades respiratorias, explicó que este verano han aumentado, al registrarse dos o tres casos diarios de bronquiolitis, padecimiento que de noviembre a enero registra de 15 a 20 casos por día.
“La bronquiolitis es la inflamación de los bronquios, que se presenta sobre todo en bebés menores de dos años y se puede considerar la enfermedad precursora del asma, en caso de que no se tengan los cuidados necesarios”, agregó el especialista.
Las lluvias, el cambio de clima y virus sincitial respiratorio son factores de riesgo para desarrollar ese padecimiento, que en el caso de los bebés también se presenta por ser prematuros, de bajo peso, con problemas cardiacos, ser alérgicos y que los padres fumen.
“Es además una enfermedad contagiosa, por lo se incrementan los casos en las guarderías”, alertó el experto, quien reiteró la necesidad de apego al tratamiento médico.
Añadió que en el caso de los bebés menores de un año con bronquiolitis, hasta 20 o 30 por ciento de ellos puede presentar neumonía y hasta 50 por ciento repiten los síntomas un año después, por lo que se acrecenta la posibilidad de presentar asma en los primeros ocho años de vida, sin los cuidados necesarios.
Los síntomas de la bronquiolitis son: incremento de la frecuencia respiratoria, irritabilidad, fiebre, tos y disminuye el apetito, alertó Rivera Mendoza, quien subrayó la importancia en la prevención, apego al tratamiento médico y seguimiento.
“Si a los siete días de tratamiento médico no hay respuesta, se debe recibir una mayor atención, incluso tal vez la hospitalización, para evitar complicaciones mayores en la salud”, afirmó el galeno.
El manejo se basa en la administración de medicamentos, hidratación y en algunos casos la oxigenación, por medio de puntitas nasales o mascarillas que mejoren la respiración, que puede llevarse a cabo por tres días o una semana y con más del 90 por ciento de éxito en la mayoría de los casos registrados.
Asimismo, resaltó la importancia de la lactancia materna, pues es hasta 15 veces menos probable que el bebé adquiera bronquiolitis y otras infecciones cuando es amamantado.
