Héctor González Iñárritu, director de selecciones nacionales. (Jam Media)
Cerrar la actual ronda eliminatoria en el árido terreno de La Comarca Lagunera no significa que el Tricolor dé la espalda a ese monstruo de 100 mil cabezas junto al que ha escrito doradas páginas.
Héctor González Iñárritu, director de Selecciones Nacionales, reitera que el principal hogar del representativo mexicano se ubica en Santa Úrsula... Y quedará claro durante el Hexagonal Final de la Concacaf rumbo a Brasil 2014.
"La casa de la Selección es el (Estadio) Azteca. Ahorita ya estamos clasificados (a la siguiente fase) y la gente de Torreón tenía el interés de tener al equipo".
"Justino Compeán (presidente de la Federación Mexicana de Futbol) me preguntó, le dije que no había problema y lo consulté con "El Chepo", el cuerpo técnico, quienes me comentaron que estaba bien. Entendemos que hay plazas a las que les gustaría ver a la Selección y nosotros no tenemos problema".
Nadie duda sobre el incondicional apoyo que la afición norteña otorgará al Tri, en el cotejo frente a El Salvador, pero González Iñárritu recuerda que el principal recinto del balompié nacional ofrece ventajas inigualables: "Es la altitud (dos mil 240 metros sobre el nivel medio del mar), la cantidad de gente que va, es imponente, el estadio que más identifica".
Condiciones que deben explotarse, como lo hacen decenas de federaciones en todo el planeta. La Concacaf no es la excepción. El acérrimo rival de la Selección Nacional suele intentar que los verdes la pasen mal en la visita que suelen tener en la última ronda de cada eliminatoria mundialista.
"Estados Unidos te mete al frío, a un estadio donde no hay mexicanos (Columbus, Ohio)", subraya. "Cada quien juega su papel".
"Colombia los mete a Barranquilla, con humedad. En Conmebol (Confederación Sudamericana), todo el mundo aprovecha todo".
Lo que explica el apego a ese monstruo de 100 mil cabezas que llega a infundir temor con su simple nombre, sin importar los blasones del combinado que lo visite.