Los gobiernos de Sudán y Sudán del Sur deben detener las hostilidades y regresar a la mesa de negociaciones, urgió hoy el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-moon.
“Lo último que necesitan los pueblos de estos dos países es otra guerra, que podría cobrar innumerables vidas, destruir la esperanza y arruinar las perspectivas de paz, estabilidad y prosperidad para todos los sudaneses”, afirmó Ban.
En un encuentro con la prensa en que el tema dominante fue Siria, el titular de la ONU se dio tiempo para llamar a la máxima calma a los gobiernos de ambas naciones africanas, separadas hace unos meses, luego de que aumentó el tono de las declaraciones de sus líderes.
El miércoles, el presidente de Sudán, Omar Al-Bashir, expresó su objetivo de “liberar” al pueblo de Sudán del Sur, en tanto que este país se niega a retirar tropas del territorio de su vecino del norte.
“Este es un tiempo de liderazgos, compromisos y negociación, tanto a nombre de la humanidad como por el interés de los pueblos de ambos países y de la región”, enfatizó Ban.
Reiteró además su petición de que Sudán del Sur se retire de la región de Heglig, rica en petróleo, y de que el gobierno de Sudán termine con los bombardeos aéreos.
Por su parte, la embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Susan Rice, dijo en su calidad de presidenta en turno del Consejo de Seguridad que “la escalada en la retórica de ambos lados es ciertamente preocupante”.
Sudán del Sur declaró su independencia de Sudán y el gobierno central de Jartum en julio pasado, como parte de un plan de paz integral firmado hace seis años para terminar con las hostilidades entre ambas regiones.
La independencia, sin embargo, ha estado lejos de arreglar la tensión entre los sudaneses, debido a que no hubo acuerdos en la demarcación precisa de fronteras, en el destino de los recursos petroleros ni en los mecanismos para demostrar la ciudadanía en un país o en otro.
