Señoras y señores, así se vivió la semifinal de Santos y Tigres. Durante todo el partido, Tigres dominó, manejó el encuentro, marcó 2 goles, muy buenos de Mancilla, excelentes goles, contuvo las embestidas del equipo santista, cuyos jugadores chocaban una y otra vez contra la portería de Palos y la defensa, encabezada por Juninho y Ayala.
Tigres parecía mantener el resultado, avanzaba el partido dramáticamente, no caía el gol, que pudiera meter la reacción al equipo santista. La gente, el estadio parecía un sepulcro, nadie gritaba, todo mundo callado, Tigres tocaba y tocaba la pelota, y llegaba una y otra vez con peligro a la portería de Santos. Lucas Lobos tuvo el tercer gol, Damián Álvarez también, y no concretaron. Tuca Ferreti hizo cambios, pensó que el 2-0 era suficiente, pero en el minuto 86, un pase de Quintero, muy bueno, a Oribe Peralta, que remató de cabeza, empezó la locura en el estadio santista.
Y la gloria llegó 3 minutos después, cuando el propio Quintero mandó otro pase, que remató muy bien Oribe Peralta, con potencia, al ángulo, batiendo al arquero Palos. El estallido fue ensordecedor, las gradas se cimbraron y los aficionados quedaron felices. El 2-2 era suficiente, Tigres no pudo reaccionar y Santos va a la final, una vez más, y ahora enfrentará a otro equipo también de Nuevo León, al Monterrey, un equipo que acaba de pelear con ellos la final de Concacaf y la ganó.
Santos es un equipo finalista por excelencia, ha estado constantemente en las calificaciones, ha estado en las finales, es un equipo fuerte, sólido, y me parece que recupera fuerza para enfrentar a un Monterrey que venía de borrar al América; sin embargo, Monterrey es un equipo ofensivo, 100 por ciento, con Suazo, con De Nigris, con "Chelito" Delgado, con Cardozo, con Ayoví. Es un equipo que juega muy bien equilibrado y muy bien dirigido por Vucetich. Santos también tiene lo suyo, jugadores atractivos como Oswaldo Sánchez, que es su líder, tiene, por supuesto, a Darwin Quintero, Oribe Peralta, Ludueña, que pueden convertirse en un equipo explosivo, que se transforme en la final y termine reverdeciendo la historia de su club para ganar un campeonato más.
Pero Monterrey es un equipo, ya lo decíamos, muy competitivo, muy fuerte, muy sólido, que regresa para pelear por el título y lo va a pelear en serio.
Favorito, muy difícil; partido, muy parejo. Quien saque el mejor resultado en el de ida puede aprovecharlo en la vuelta, pero después de lo del domingo, todo puede pasar, lo mejor sería, como siempre, que gane el mejor, y se enfrentan, por cierto, el 1 y el 2 de la Liguilla.
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