Es inminente la desaparición de la Secretaría de Seguridad Pública Federal y con ella la de una estructura armada con millonarios recursos económicos que se convirtió en un coto de poder e influencia política para quienes la encabezaron, sobre todo durante estos últimos seis años, a grado tal que se atrevieron a confrontar decisiones militares del Ejército y la Marina, y políticas de la Secretaría de Gobernación.
Enrique Peña Nieto proyecta reintegrar esas funciones a Gobernación mediante una iniciativa de reformas a la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal que alguna de las fracciones parlamentarias del PRI (ya sea la de diputados o la de senadores) tomará como propia para llevarla al Congreso de inmediato, ya que el Presidente electo no tendrá derecho de iniciativa hasta que tome posesión dentro de 17 días, el próximo 1 de diciembre.
Gobernación fue perdiendo atribuciones y fuerza desde el gobierno de Carlos Salinas, sobre todo cuando las tareas de inteligencia y seguridad nacional se concentraron, en los hechos, en la entonces creada Oficina de la Presidencia, bajo la dirección del todopoderoso José María Córdoba Montoya; fue Ernesto Zedillo el que creó una Policía Federal Preventiva (PFP) y sustituyó a la Policía Judicial Federal, grupo investigativo de la PGR, por la Agencia Federal de Investigaciones (AFI).
Pero ya con Vicente Fox en Los Pinos, se creó la Secretaría de Seguridad Pública Federal (SSPF), con lo que se debilitó aún más a Gobernación al quitarle funciones en la materia y en las de prevención y readaptación social, incorporando a la PFP a esa nueva estructura administrativa.
En ese primer sexenio del panismo, los titulares de la nueva dependencia fueron Alejandro Gertz Manero, quien prácticamente se estrenó en el cargo con la fuga de Joaquín Guzmán Loera, El Chapo, de uno de los penales federales a su cargo (el de Puente Grande, Jalisco); Ramón Martín Huerta (quien murió en 2005 en un accidente de helicóptero); y Eduardo Medina Mora, extitual de la PGR al que tocó ordenar la intervención de la PFP para sofocar la rebelión social de Oaxaca en 2005-2006.
Ya en el actual sexenio, Calderón decidió traerse de la AFI a Genaro García Luna para que dirigiera la SSPF y lo dotó de inconmesurables recursos y poder. Además decidió reestructurar a la PFP como Policía Federal (PF) mediante una ley publicada el 1 de junio de 2009 que le dio facultades de investigación y fortaleció su carácter de brazo armado en la lucha contra la delincuencia organizada.
Los detalles de la reincorporación de las funciones de seguridad a Gobernación los dará a conocer el presidente electo Peña Nieto en la reunión que tendrá poco después del medio día por los rumbos de Santa Fe con las fracciones priistas de senadores y diputados.
La iniciativa de Peña Nieto, según se pudo indagar, incluye la creación de una Comisión Nacional Anticorrupción que implicaría la desaparición de la Secretaría de la Función Pública; además de la redefinición de funciones de la Secretaría de la Reforma Agraria bajo el criterio de que lo problemas del campo no sólo son de producción y tenencia de la tierra, sino también de seguridad nacional, de cara a la creciente pobreza del sector rural.
El propio Presidente electo dijo que lo que se busca es establecer orden en la administración pública, lo que nos lleva a preguntar ¿qué desorden habrá encontrado?
INSTANTÁNEAS
1. MORENA y Andrés Manuel López Obrador completaron 32 congresos estatales y 300 asambleas distritales. Sólo una de éstas -en un distrito electoral del estado de México- se opuso a que el Movimiento de Regeneración Nacional se convierta en partido político. De manera que el consenso es abrumadoramente mayoritario para que se consume dicha transformación. La última palabra la tendrá el Congreso Nacional de Morena que se llevará los próximos lunes y martes. Morena, por lo visto, será partido. ¿Con los mismos vicios y socialmente tan repudidado como los otros? AMLO ha llamado a desterrar influyentismo, amiguismo y sectarismo. Es más, ha dicho que Morena será partido, pero sin dejar de ser movimiento. ¿Será posible en la política mexicana?
2. REACTIVACIÓN. El gobernador de Oaxaca, Gabino Cué, y el director de Nafinsa y el Banco Nacional de Comercio Exterior, Héctor Rangel Domene, evaluaron ayer el Programa de Reactivación Económica puesto en marcha el año pasado para resarcir los daños a negocios que han dejado bloqueos y cierres de la capital del estado. Con ese programa se han derramado créditos por mil 200 millones de pesos acercando a la banca y a otros intermediarios financieros con las pequeñas y medianas empresas locales. Mil 400 negocios han resultado beneficiados.
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