Una encuesta asegura que las personas que empiezan el día practicando sexo se sienten más sanas y más felices. INGIMAGE
Lo saludable de practicar relaciones sexuales es de sobras conocido: liberamos hormonas que influyen en nuestro bienestar, hacemos ejercicio, nos sentimos deseados y activa nuestro cuerpo. Además, en caso de que sea con una persona por la que sintamos mucha atracción, las relaciones tienen más beneficios para la salud porque nos implicamos más, además de poder llegar a una intimidad mayor por ignorar los complejos que a veces nos hacen estar incómodos, y disfrutar del cuerpo del compañero a plena luz del día, además de poder apreciar mejor su olor corporal.
Una encuesta asegura que las personas que empiezan el día teniendo relaciones se sienten más sanas y más felices. Las relaciones íntimas que tienen lugar durante la mañana fortalecen el sistema inmunitario aumentando los niveles de lgA, un anticuerpo que nos protege contra infecciones. Además de fortalecer los músculos, reducir la presión de la sangre y mejorar la circulación, según publicó la revista New Scientist, este contacto sexual a.m. da una mayor fortaleza a los huesos.
En el caso de los hombres, acumulan una gran cantidad testosterona durante la noche por lo que invertir esa reserva en las relaciones sexuales durante la mañana puede ser una de las mejores opciones. Un ligero masaje en los muslos con los pulgares en dirección hacia la zona pélvica puede motivar que la sangre fluya mejor en los genitales y propiciar una relación sexual más placentera.
Los sexólogos recomiendan que este primer encuentro sea breve, puesto que en general tenemos que ponernos en marcha y levantarnos de la cama en algún momento, y esa es precisamente su gracia: saber que tiene que ser breve pero intenso le da un valor añadido que no tienen las relaciones sexuales en otros momentos, y se parece más a un encuentro casual o a una aventura. Además, alargarlo en exceso podría transmitirnos algún estrés, si por ejemplo nos hiciera llegar tarde al trabajo, por lo que no hay que darle una importancia excesiva al momento del orgasmo, sino contemplar este encuentro como un juego de conexión erótica con la otra persona. El resultado debe ser una sensación de bienestar que, inconscientemente, nos hará llevar mejor el día.
