El brócoli o el aguacate o las verduras de hojas verdes, como las espinacas y las acelgas, consiguen casi 100 miligramos de magnesio para el cuerpo , gracias a que la clorofila es muy alta en magnesio. INGIMAGE
La mayoría de las dietas tiene algo de inadecuado y la cantidad de magnesio del cuerpo siempre se resiente por ello. Así, proveernos de suplementos como cloruro, sulfato y óxido de magnesio pueden llevar al cuerpo los minerales necesarios para que la actividad física sea la óptima.
Este mineral se encuentra por todo el cuerpo, en especial en los huesos, y se considera esencial para el buen funcionamiento de todo el organismo. El magnesio se necesita para regular los desequilibrios electrolíticos, hacer que el corazón bata con normalidad y permitir al sistema nervioso y a los músculos que funcionen con normalidad, por lo que una falta grave de él puede contribuir a problemas de salud, pero ¿por qué tenemos una deficiencia de magnesio?
Básicamente, porque en nuestra dieta faltan los alimentos que nos lo proporcionan. Aunque en casos más severos existen suplementos de magnesio, podemos encontrar algunos alimentos que deberían formar parte de nuestra dieta como refuerzo del mineral. Por ejemplo, el brócoli o el aguacate o las verduras de hojas verdes, como las espinacas y las acelgas, que consiguen casi 100 miligramos de magnesio para el cuerpo , gracias a que la clorofila es muy alta en magnesio. También son un buen refuerzo los frutos secos, como almendras, cacahuetes y avellanas, así como el centeno, la avena, las alubias y el pescado, sobre todo el mero o las vieiras. El Instituto Nacional de Salud recomienda una base diaria de magnesio de 420 miligramos en los hombres y de 320 en las mujeres a partir de los 30 años.
Los síntomas de la falta del mineral suelen ser fatiga, cansancio, náuseas y falta de apetito. Si no se remedia, estos problemas pueden convertirse en cambios de personalidad, hormigueo y calambres, espasmos, ritmos cardíacos anormales o convulsiones. Además, unos niveles bajos de potasio pueden afectar a la producción de magnesio, que, por otro lado, disminuye el calcio en la sangre.
Por su parte, tener una hipermagnesemia puede ser igualmente peligroso. Tener unos niveles de magnesio por encima de los indicados puede tener los mismos síntomas que una falta de él, aunque los efectos tóxicos suelen provenir de un exceso de suplementos de magnesio, nunca de una dieta rica en la sustancia.