Y a las doce de la noche, cuando el Tribunal Federal Electoral acababa de resolver como legítima y válida la eleccion que declaró candidato triunfante al gobierno del estado de Michoacán a Fausto Vallejo, el licenciado José Luis Vargas Valdés fue removido de su cargo como titular de la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (Fepade), dependiente de la Procuraduría General de la República.
Que la candidata postulada por el PAN y que perdió la elección para gobernar Michoacán fue precisamente la hermana del presidente Felipe Calderón, Luisa María Calderón Hinojosa; pero lo más grave y delicado de este asunto, es que el Ejecutivo Federal que debía por ley ser totalmente imparcial y ajeno a cualquier proceso electoral, haya permitido o tolerado que su hermana manifestara en los medios de manera irresponsable, que el narco había sido un factor determinante en aquellas elecciones para que el PRI ganara en Michoacán y ella perdiera.
PERO PARA LOS ANALISTAS De la política, la remoción de José Luis Vargas Valdés y su cese, está íntimamente conectada con el resultado final de las elecciones en aquel estado y por una razón muy sencilla: Era precisamente el funcionario hoy removido por el presidente Calderón, quien debió haber probado y acreditado con evidencias, que en Michoacán el narco había metido las manos para ladear los resultados en las casillas.
El funcionario despedido debió en su momento, integrar expedientes sobre los supuestos delitos electorales para poder hacerlos llegar hasta una nulidad de las elecciones en las que ya había perdido la hermana del Presidente; pero esto finalmente no lo logró, cosa que debió al jefe de la nación, pues de esa manera se dejaba desamparada a su hermana para poder armar un expediente bien fundado y motivado que le permitiera al panismo anular la elección. En otras palabras: el funcionario removido no pudo cumplir con la consigna de Los Pinos, al no encontrar elementos suficientes para establecer una duda razonable sobre la participación del narco en aquellas elecciones. Así las cosas, José Luis Vargas Valdés se colocó en la posición de ser despedido al no haber podido satisfacer las exigencias de su jefe: armar un buen expediente incriminatorio.
PERO ESTA NO ES LA PRIMERA Vez (y parece no que no será la última) que los panistas usando los instrumentos del poder que la ciudadanía les ha confiado, traten de usar las instituciones de la administración de justicia y de persecución de los delitos, para cambiar resultados electorales en favor de su partido. Bástanos recordar el famosísimo "Michoacanazo", cuando la PGR secuestro más de cuarenta alcaldes y funcionarios perredistas acusados de andar metidos en el narco, detenidos que posteriormente fueron liberados uno a uno sin que la PGR pudiera fincarles una consignación bien fundada y motivada como para que los jueces federales los encarcelaran.
EN POLÍTICA Y en la administración pública todo lo que sucede a su interior tiene y obedece a una razón (no existe la casualidad) y que las más de las veces no está a la vista o alcance de la ciudadanía de a pie, como lo somos muchos millones de mexicanos. Vemos, oímos y leemos las cosas que suceden en la vida nacional, estatal o municipal, pero por la falta de una información real, imparcial y veraz, tenemos que hacer nuestras propias deducciones sobre los inciertos hechos que podemos conocer. De esta manera vamos dando tumbos tratando de encontrar la verdad que las más de las veces se nos niega.
PERO EN EL CASO Del cese del responsable de la Fepade, éste se debió sin lugar a duda, porque no pudo satisfacer al Presidente de la República en sus pretensiones.
En verdad que peligroso para un estado de derecho, cuando la política y las elecciones de judicializan y lo que nos falta ver.
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