¿Qué hace de una plaza, una calle, un parque, un espacio público poblado, un lugar de interacción y de integración comunitaria?
Desde luego sentir la sensación de que es propio, pues el espacio público tiene que ser percibido como un bien común, hacia el cual tener una actitud de responsabilidad y cuidado.
Debe ser accesible y diversificado. Ya que todas las personas tienen que sentirse en derecho de acceder al espacio y utilizarlo de formas diferentes. El espacio debe favorecer las posibilidades de expresión y de identificación, para propiciar las relaciones sociales, el conocimiento y la intercomunicación.
Las personas tienen que sentirse libres de frecuentarlo sin riesgos para su integridad y sin percibir inseguridad en los diferentes horarios del día. Las palabras que los especialistas usan, son: funcional y acogedor.
En cuanto a las características físicas, debe ser adecuado a los usos; estar bien integrado en el entorno urbano y, sobre todo, haber sido pensado con un criterio de funcionalidad, además de tener una calidad suficiente para que las personas lo consideren acogedor y reconozcan en él una identidad propia.
Debemos trabajar en el sentido de pertenencia de los espacios públicos, ya que cuanto más un área urbana se ofrece como un área vital, puede llegar a ser rica de relaciones sociales y de redes de cooperación a quienes la utilizan, tanto más aquella área será percibida como un lugar donde sentirse libre de moverse o quedarse, a la vez que tenerle confianza y deseos de cuidarlo.
Uno de los factores considerado fundamental en el desarrollo de una comunidad es el capital social, concepto multidimensional y dinámico referido a la estructura de una colectividad, y a la construcción de redes sociales de confianza que permitan la valorización del contexto y el capital humano.
El sentido de adhesión, y de responsabilidad, de los habitantes por los lugares en que viven, hacen que en el vivir la cotidianidad la comunidad construya un rol social.
Un espacio físico no asume las características de un territorio si no han sido creadas redes sociales, costumbres, ritos que determinan con el espacio una relación económica, social o afectiva. Todo esto permite a las personas sentirse parte, participar de cuidar, y reconocerse en el espacio.
¿Qué políticas y acciones pueden promover el desarrollo de estos procesos de integración, apropiación y pertenencia que acompañan la transformación física y mejoran la calidad de vida?
Yo creo que definitivamente crear proyectos productivos con el esquema organizacional de la economía solidaria y proyectos de rescate de la certidumbre del uso de los espacios públicos para la convivencia social.