Los beneficios de la leche están cada vez más reducidos debido a la pasteurización a la que es sometida desde que se ordeña. INGIMAGE
Cada cierto tiempo aparece un rumor sobre los efectos nocivos de la leche de vaca, que es el principal tipo que se consume en el mundo, con una incidencia de más del 70%. La leche es beneficiosa porque contiene calcio, por lo que se recomienda sobre todo en edades de crecimiento, pero también durante el resto de nuestra vida. Sin embargo, los humanos somos los únicos mamíferos que seguimos tomando leche tras la época de crecimiento. ¿Es en realidad tan beneficiosa?
La leche materna es perfecta para los humanos, porque está específicamente diseñada para ellos. De igual modo, la leche de vaca es perfecta para las vacas, a pesar de que es en las últimas décadas cuando sus efectos se están estudiando con mayor profundidad en los humanos, de manera que cada vez se encuentran menos beneficios que pueden cambiar muchos hábitos en los desayunos.
Por una parte, la leche no es tan buena para los huesos como se cree. La población estadounidense es la mayor consumidora de esta bebida y es la que más problemas de osteoporosis padece. Tal y como publicó la Universidad de Harvard en 1997, el calcio contenido en la leche es diferente de la cantidad del mineral que recibe el cuerpo. Así, está probado con diferentes estudios que tras un gran consumo de calcio, los niveles de este mineral descienden, lo que hace más posible padecer enfermedades en los huesos. Además, la leche de vaca contiene tres veces más proteína y fósforo que la leche humana, de manera que al tomarla produce una gran cantidad de acidez que el cuerpo tiene que equilibrar expulsando minerales alcalinos.
Aparte del calcio, los beneficios de la leche están cada vez más reducidos debido a la pasteurización a la que es sometida desde que se ordeña. Esta técnica fue desarrollada para tratar otros productos, como vino y cerveza, pero no para la leche. Consiste en calentar el líquido para matar bacterias, supuestamente aquellas que puedan ser perjudiciales para quien tome el producto, aunque en los varios procesos de pasteurización a los que se somete la leche que mayoritariamente consumimos, también se eliminan los nutrientes que sí podrían ser positivos para nuestro organismo. En concreto, destruye las enzimas benéficas, hace perder más de la mitad de las vitaminas A, C, D y E y mata por completo las vitaminas B6 y B12, dejando como resultado un producto casi estéril.
En cambio, el único beneficio que sí parece estar probado con unanimidad es que la leche es excelente para aumentar los músculos. La explicación está en que la leche se compone en gran medida de proteína y en menor de caseína, que es la llamada ‘proteína rápida’. Según la Universidad de Texas, beber leche entera justo tras haber levantado pesas es muy positivo debido a que hace más efectivo el proceso de síntesis de proteínas en los músculos, algo muy efectivo si la leche es entera.