EL CASCABEL DEL GATO
Con la entrega de su último informe Felipe Calderón da inicio formal a la gestión de Enrique Peña Nieto, ya que al presentar a los legisladores su VI informe de gobierno también presenta 2 propuestas preferentes para modificar la ley, reformas que serán fundamentales para el sexenio que inicia a partir del primero de diciembre.
Ambas propuestas presentan un alto grado de dificultad política, haciéndolas muy costosas en términos de popularidad para quien las presente, y es precisamente en un contexto donde el gobierno saliente ya no tiene más posibilidad de ejercer el poder donde se presentan dichas propuestas.
Parece ser que el presidente ha decidido asumir costo político al pasar estas leyes al final de su sexenio que por cierto le allanarán el camino al mexiquense, y ya entrados en el terreno del sospechosismo puede ser que Calderón lo haga por un alto sentido de valor patriótico y como un último esfuerzo de contribuir a mejorar su país, o puede ser también, que lo haga para cubrir sus espaldas una vez fuera del ejercicio del poder y mediante una negociación con el gobierno entrante.
Definitivamente el gobierno del presidente Calderón tuvo aciertos como el manejo de la macroeconomía el tema de salud, pero también hay que reconocer que ha sido el sexenio con menor crecimiento de los últimos cuatro. En su informe Felipe Calderón Hinojosa mantiene que en su gobierno se rindieron cuentas con absoluta transparencia para impulsar el desarrollo humano sustentable como premisa básica de la transformación de México. Pero también al entregar su último informe, el presidente hizo uso de su facultad para que los legisladores den "trámite preferente" a la propuesta que reforma la ley laboral en un segundo intento en este sexenio para modificar la Ley Federal del Trabajo, que no se ha cambiado en 40 años. La base de esta reestructura plantea flexibilizar contrataciones, facilitar despidos y obligar a transparentar las finanzas de los sindicatos, para de esta manera formalizar el trabajo y generar empleos.
La segunda iniciativa preferente que entrega Calderón es para transparentar las finanzas de los estados, donde el punto crítico es el de obligar a los gobernadores a transparentar sus salarios y detallar las participaciones, aportaciones federales, subsidios convenios de reasignación, ingresos locales, así como transparentar todos los "pasivos" de los gobiernos de los estados. Esta reforma a la ley general de contabilidad gubernamental también pretende que gobernadores y presidentes municipales detallen su gasto corriente, algo que en Coahuila debió haberse hecho hace algunos años ya.
Ante casos como el de nuestro estado y otras entidades con deudas hasta el cuello y prácticamente quebradas, es que se plantea la necesidad de iniciar con una segunda etapa de transparencia en México que es la de estacblecer "gobiernos abiertos" que presenten información oportuna y suficiente para el ciudadano común que al final del camino es quien paga el funcionamiento del gobierno Mexicano.
Y es precisamente el director de Transparencia Mexicana, Eduardo Bohórquez quien dice que "No puede concebirse a los estados como entidades donde pareciera que existen feudos y esto tiene que modificarse" y, que considera que esta iniciativa será trascendental para resolver casos tan específicos como el de Coahuila. (Esta declaración la hace un día después de su visita a la Comarca Lagunera invitado por sociedad civil y medios de comunicación, así como un mejor manejo de agenda política de los laguneros.)
Ambas iniciativas deberán ser votadas antes de 30 días o aprobadas automáticamente, ambas propuestas llegan al congreso en el momento justo se podría decir, cuando casualmente existe la coyuntura de definir quién será el que le ponga "el cascabel al gato" el gobierno entrante o el que se está despidiendo, de ahí el carácter "preferente" para ambas reformas.
Y hago un paréntesis (para comentar que nada más conveniente para Peña que apenas se insertará en el engranaje de gobierno y sin la fuerza de los presidentes priistas de antaño donde el dedo presidencial mandaba y que el día de hoy dicho sistema ha sido sustituido por el de los manotazos de los gobernadores, así Enrique, con ambas reformas obtendrá sin haber empezado siquiera, el impulso mínimo indispensable para poder hacer frente a los gobernadores todo poderosos.
En estas condiciones podríamos esperar una irreversible alianza entre PRI y PAN que permita se consuman estas modificaciones a la ley, cambios tan necesarios pero que serán severamente cuestionados por el momento en el que llegarán ya que es cuando quien el que las propone nada tiene que ganar y sí mucho que perder a la salud de un escrutinio en sus cuentas y sus acciones de gobierno. Y por el otro lado está un futuro presidente que llega con duros cuestionamientos por su imagen personal y por el partido al cual representa, y que por tanto requiere de un empujoncito para afrontar los temas económicos que se presentan en el escenario nacional e internacional.
Entonces parece ser que el tema no es si las reformas deben o no ser, sino quién será el que le ponga "el cascabel al gato."