LOS DIRIGENTES del PRD fijaron su postura en torno a los actos vandálicos registrados la tarde del pasado sábado, de lo cual condenaron "todo acto de violencia que tenga como intención desestabilizar la Ciudad de México".
POR OTRA PARTE, Marcelo Ebrard aseguró que esos actos fueron diseñados específicamente a escala para irrumpir, destruir, saquear comercios, restaurantes, hoteles y sucursales bancarias sobre la avenida Juárez, Paseo de la Reforma e Insurgentes, lo que finalmente lograron ante la pasiva intervención de la Policía capitalina que fue fácilmente rebasada por los violentos.
LOS ANARCOLOCOS, amparados en el anonimato con las capuchas y máscaras que portaban, hicieron uso de palos, varillas de metal, piedras, cilindros con combustibles, bombas molotov y hasta de gases lacrimógenos en contra los policías capitalinos. Frente a los vándalos se veía cómo se replegaban prudentemente (quizá con demasiada prudencia), para protegerse con sus cascos y escudos de los violentos, y evitar así un enfrentamiento más directo que hubiera causado más heridos y quizá hasta muertos, que era lo que finalmente buscaban los que los manipularon.
POR SU PARTE, el Partido de la Revolución Democrática (PRD), condenó los actos de violencia registrados que dejaron un saldo de al menos 65 detenidos y decenas de negocios severamente dañados y saqueados.
TAMPOCO SE QUEDÓ atrás Andrés Manuel López Obrador líder moral de "Morena", quien se deslindó de los actos vandálicos por la toma de posesión del presidente electo de México Enrique Peña Nieto, sucedidos en el primer cuadro de la ciudad de México por grupos de anarcolocos que integran los llamados movimientos Bloque Negro Anarquista, Cruz Negra Anarquista y la Coordinación Estudiantil Anarquista, tal y como los identificó el jefe de Gobierno Marcelo Ebrard.
Siendo así las cosas, ahora resulta que PRD, Morena, "Soy #132", PT y Movimiento Ciudadano son unas blancas palomitas que nunca han tomado las calles para realizar actos vandálicos y de saqueo de los comercios como los del pasado sábado.
POR OTRA PARTE, el jefe de Gobierno admitió que hasta el momento no podría determinar quiénes integran esos grupos o quiénes son las cabezas ocultas que los mueven. Lo que parece increíble después de gobernar la capital por seis años, no esté enterado de cuáles son los grupos delincuenciales que ahí operan y si no lo sabe, entonces qué hacía su equipo de inteligencia en estos menesteres.
Es de hacer notar también la ausencia de Marcelo a los actos de toma de posesión del ejecutivo en el Palacio Legislativo, en Palacio Nacional y en el Campo Marte, a los cuales sí asistió Miguel Ángel Mancera.
HAY QUE ADVERTIR que algunos de los mandos policiacos que estuvieron durante los enfrentamientos, aseguraron que las órdenes para detener a los sujetos que estaban realizando los destrozos, llegaron tarde por parte del subsecretario de Control de Tránsito.
Otro mando comentó, que debían haber controlado esta situación desde un principio, no encapsular y provocar más violencia. Quien pidió no ser nombrado.
PERO COMO EN POLÍTICA nada sucede por accidente o casualidad, es seguro que los actos fueron pensados, organizados y ejecutados por alguien. Este tipo de actos nunca se organizan solos ni surgen como generación espontanea.
TRAS LOS ACTOS VANDÁLICOS hay muchos y varios temas políticos encriptados. Por una parte, AMLO no permitirá que Marcelo crezca, vía a la presidencia del PRD, pues sería una gran sombra para él en 2018. Por otra parte, los "Chuchos" al quedarse con un partido hueco con motivo de la desbandada que le originó López Obrador con su Morena, aunque con la muy respetable cantidad de 750 millones de pesos al año por concepto de prerrogativas del IFE, no saben aún cuál rumbo tomar en las procelosas y turbias aguas de la política con miras a 2018.
Por otra parte, Miguel Ángel Mancera quien ya escucha el canto de las sirenas, viene a complicar el futuro de AMLO y de Marcelo.
Con estas pocas piezas del rompecabezas habría que analizar a quién perjudican realmente los actos vandálicos de primero de diciembre. A primera vista se ve que es Marcelo Ebrard quien sale debilitado con este manchón a unos cuantos días de dejar la jefatura. Además, los vándalos le destrozaron su última obra pública: la remodelación de la Alameda de México.
LOS HECHOS del sábado pasado no son otra cosa que un reflejo de la soterrada lucha que se libra en lo oscurito por apoderarse del PRD y por la férrea lucha entre las tribus por sacar a su aspirante a la Presidencia de la República en 2018.
Si recordamos, los motines, actos y manifestaciones se han dado siempre cuando entra un nuevo presidente de la república y no tienen otro fin que "calarlo". Es el caso de los anarcolocos a quien calaron fue a Marcelo en la salida y no a Enrique Peña Nieto.
Comentarios:
gaasoc@hotmail.com