Decenas de voluntarios luchan hoy contra reloj para salvar la vida de cerca de un centenar de ballenas que quedaron varadas en una playa del extremo noreste de la isla Sur de Nueva Zelandia.
Decenas de voluntarios luchan hoy contra reloj para salvar la vida de cerca de un centenar de ballenas que quedaron varadas en una playa del extremo noreste de la isla Sur de Nueva Zelandia.
Unas 200 personas, incluidos miembros del Departamento de Conservación del Medio Ambiente y voluntarios, intentan esta noche (tiempo de Nueva Zelandia) alentar las ballenas nadar lejos y dejar la costa, donde llegaron la víspera por razones inexplicables.
John Mason, responsable de la bahía de Farewell Spit, confirmó que desgraciadamente 34 ballenas murieron entre entre lunes y este martes, al no poder regresar al mar, según un reporte del sitio Stuff.
El experto aseguró que alrededor de 100 ballenas varadas estaban todavía vivas y que se encontraban en condiciones razonables ayer, pero que desgraciadamente su condición se deterioro esta mañana, sin que se pudiera hacer nada para salvarlas.
"Tenemos un período muy corto de tiempo para convencer a las ballenas que dejen la playa. Tratamos ayer de empujarlas al mar, pero. no van", indicó Mason.
Las ballenas se encuentran varadas cerca de la zona donde 25 mamíferos similares quedaron varados a principios del mes y donde 65 murieron en noviembre pasado, al fracasar los intentos humanos por salvarlas.
