Gómez Palacio y Lerdo Violencia Gómez Palacio Buen Fin Gómez Palacio

MANO IZQUIERDA

ÍCARO

S in lugar a dudas el tema de la semana a nivel nacional fue la penosa agresión que sufrió un empleado en una de las zonas residenciales a manos de un empresario, quien de manera prepotente y violenta lo golpeó y discriminó hasta el cansancio. Otra vez el papel de las redes sociales ayuda a que los ciudadanos de a pie nos demos cuenta de algunas situaciones que de no ser así jamás nos hubiéramos enterado.

No ahondaremos mucho sobre el tema porque las imágenes parecen evidentes, pero sí me gustaría hablar desde el punto de vista sociológico y de la personalidad.

¿Qué hace que un individuo actué de tal forma? ¿Por qué la otra persona no se defendió? ¿Por qué los otros empleados no hicieron algo por el agredido en ese momento? Y quizás la más importante de todas: ¿Por qué nos causa tanta indignación?

Para contestar estas preguntas le pido mi estimado lector que piense en alguna persona así cerca de usted. Familiar, amigo, maestro, vecino, etc., le puedo asegurar que al menos encontró un par. En otras palabras es muy común toparse en nuestro entorno gente así, incluso alguna que otra vez que vamos al espejo, nos encontramos con algunos rasgos.

Es más común de lo que pensamos en nuestro país actuar así porque no somos personas que en principio manejemos el enojo de manera adecuada, y utilizamos formas violentas de resolver los conflictos, pero la más importante de todas es que la persona que agrede es prepotente por el simple hecho de que en el fondo se siente poca cosa, es decir que la cantidad de insultos que le profirió este tipo al empleado del edificio son cosas que él siente dentro de él mismo y no es capaz de manejar.

¿Esto quiere decir que justificamos la agresión? De ninguna manera, claro que la reprobamos, pero lo que encontramos debajo de ella es una persona que se siente discriminada, insegura, incapaz, con baja autoestima, socavado, en pocas palabras "Poca cosa".

El problema viene cuando hay poder y una persona con estas "cualidades" llega a un puesto donde tiene que mandar, termina ejerciendo violencia a diestra y siniestra con los empleados porque es una forma de manejar dentro de él todas las características que comentamos, engañándose a sí mismo aduciendo que se es un fregón, cuando se está escondiendo la parte obscura de la personalidad que no se acepta y endilgada a otro.

¿Le suena familiar? Piense en el supervisor del centro comercial, el agente de vialidad, la mamá con sus hijos, en el médico con el enfermo, el maestro con el alumno, el novio con la novia, y así hasta el infinito y más allá, como diría el personaje de Disney. Esta agresión nos mueve por la simple razón de que conocemos a muchas personas de nuestro medio así, y la mayor parte de los agredidos están sometidos a que sí responden, pierden el empleo o son amenazados con algún descuento dentro del mismo. Por este motivo los compañeros y supervisor del valet parking terminaron por no involucrarse en el momento, pero sí durante la demanda.

Asumir que todos tenemos un lado obscuro me parece válido, ese lado donde ponemos todas las cosas o rasgos de personalidad que no aceptamos y se las encomendamos al otro para de ahí pensar que no son nuestras incluso es muy común, pero reaccionar de esta forma tan violenta y discriminatoria, física y verbalmente si es obra sólo de alguien acomplejado, inseguro e incapaz de hacer frente a todos estos sentimientos, por verse suaves con la edificación en persona de la prepotencia.

Por cierto existen estudios que nos dicen que personalidades así, son las que abundan en cargos públicos. ¿Le suena?

PARA TERMINAR

Un amigo muy cercano me pidió un saludo para el renegado... pero no por corajudo sino es un empleado de un colegio afamado en la ciudad de Gómez Palacio, que al estar bajando los niños de la primaria de manera correcta, hizo caso omiso a la señal de su propio compañero y pasó como Lorenzo Llamas en sus mejores tiempos, a bordo de su motocicleta por el carril donde los niñ@s hacen su arribo a la escuela a una velocidad que cualquier repartidor de pizzas envidiaría....

¡¡¡Hasta la próxima!!!

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