Por lo general, el envejecimiento de las manos comienza entre los 40 y 50 años con la decoloración de la hepidermis y la aparición de manchas. INGIMAGE
Dicen que la edad es tan sólo la huella de los caminos que hemos recorrido y, aunque es posible disimular ese rastro que los años van dejando en nosotros, hay un testigo delator que siempre revela nuestra verdadera edad: las manos.
Por lo general, el envejecimiento de las manos comienza entre los 40 y 50 años con la decoloración de la hepidermis y la aparición de manchas. Entre los 50 y 60 años es cuando se inicia la pérdida de volumen de la piel de las manos, lo que acentúa el tamaño de los tendones y venas, que se hacen más prominentes.
Sin embargo, desde la Academia Americana de Dermatología advierten que los primeros signos de envejecimiento pueden aparecer antes de los 40, debido a la exposición solar repetida, sin el uso de la protección adecuada.
Entre las principales actividades cotidianas que provocan un envejecimiento prematuro de nuestras manos, la Academia Americana de Dermatología alerta de que conducir es uno de los principales factores de riesgo, ya que la radiación ultravioleta de tipo A (UVA) puede pasar a través del cristal de la ventana y penetrar en la capa más profunda de la piel. El resultado: la aparición de manchas oscuras en el dorso de las manos y la pérdida de volumen, lo que se traduce en una piel fina y hundida.
¿Cómo evitar que las manos se conviertan en la expresión de nuestra edad? El primer consejo que ofrecen los especialistas es el uso diario y repetido de protección solar. El factor debe ser 30 o superior y es conveniente aplicar la crema antes de salir de casa y, especialmente, cuando vayamos a coger el coche.
Para las mujeres de entre 30 y 40 años, las cremas hidratantes que contienen ácido glicólico son una forma barata de estimular la reparación del daño solar. Sin embargo, este tipo de tratamientos debe iniciarse temprano, antes de que el daño sea demasiado severo.
El doctor Glaser, de la Academia Americana de Dermatología, indica que "tendemos a olvidarnos de las manos cuando cuidamos nuestra piel, pero son estas las que a menudo pueden revelar la verdadera edad de una persona". Glaser señala que el envejecimiento depende de muchos factores, entre ellos, la genética y la historia de exposición solar. Las personas delgadas, según el experto, también pueden notar antes el envejecimiento, ya que naturalmente no tienen tanto volumen en sus manos.
