Manual quijotizado para periodistas
El jueves 14 de este mes aparecieron dos notas en El Siglo de Torreón, ambas hablaban de los mismos personajes. La primera era el anuncio de la publicación del libro Don Quijote, periodistas y comunicadores del maestro Saúl Rosales. La otra se titulaba Dañan delincuentes escultura del Quijote. Resultó ser una situación irónica, en una se homenajeaba la obra de Cervantes y en la otra se describía el intento de destrucción del símbolo que la representaba: Le amputaron una pata buena al rucio de Sancho, la diestra, muy bien hecha y a punto de trote. Por fortuna el antes cuadrúpedo aún puede sostenerse. Aunque estoy segura de que si el burro pudiera alegaría lo que el maestro Rosales cita cuando Panza refuta a don Quijote ante estas palabras: “Ando por el mundo enderezando tuertos y desfaciendo agravios” a lo que Sancho contesta, o lo que ahora podría contestar, si pudiera, el burro cojo: “Pues a mí de derecho me habéis vuelto tuerto, dejándome una pierna quebrada, la cual no se verá derecha en todos los días de su vida; y el agravio que en mí habéis deshecho ha sido dejarme agraviado de manera que me quedaré agraviado para siempre...”. Seguramente la pata derecha, fue chuecamente vendida como fierro viejo, quizá en unos 100 pesos.
A muchos indignó la mutilación del burro del señor Panza. Unos hablaban de la ignorancia de aquéllos que no sabían quién era don Quijote y don Sancho adjudicándoles atributos como si de sangre fueran éstos. Otros resignados llegaron a la guasona conclusión de que este par, junto con sus equinos “andaban en algo” y que seguramente “estaban involucrados” y ese fue el motivo por lo que el transporte de Sancho quedó con capacidades diferentes. Aunque nadie precisó a qué cártel pertenecían estos caballeros delincuentes.
El libro Don Quijote, periodistas y comunicadores, es un ensayo dividido en pequeños subtemas, donde el autor, con su ingenio, va acoplando los mandatos cervantinos al ejercicio del comunicador o periodista. Una obra que elogia a Cervantes y que también es un reconocimiento a los periodistas. Y cuando indico reconocimiento, lo digo no sólo en el sentido de homenaje sino también en reconocerlos, en tanto que son personas con defectos y cualidades. Los caballeros de la pluma o de la tecla deberán ser idealistas, como el caballero de la lanza; luchar por los desvalidos y menesterosos, se quejarán como el quejoso don Quijote y darán voz al que carece de ésta. Y tendremos presente que algunos de escribanos se convertirán en “caballeros del chayote” como dice Rosales: Chayote, palabra de origen náhuatl, en el ámbito de la prensa y los otros medios de comunicación masiva adquirió el significado de canonjía, soborno o prebenda; pago indebido, remuneración más o menos clandestina. Porque algunos periodistas usurpan la actitud de héroe trágico de don Quijote que, como caballero andante, se cree merecedor de canonjías o prebendas remuneradoras y compensadoras y hasta llega a exigirlas.
Aprecié este libro como un manual al que debería acudir de manera indispensable todo aquél que se desarrolle en los medios de comunicación. Aunque el maestro Rosales aclara que en la época cervantina no existían los periódicos, en cambio sí lo que se conocía como “hojas volantes”, hojas de una sola noticia que corresponden al rudimento que bajo efecto metamórfico se convirtieron en los actuales periódicos.
El maestro Rosales afirma que: Don Quijote es el patrono de aquellos periodistas que creen que es posible construir una Utopía (aunque sea por lo pronto nada más sus andamios) emplean su conocimiento y su capacidad de opinar.
Don Quijote, es pues, un superhéroe y su superpoder estriba en la palabra, tiene su escudero y una segunda identidad en donde es conocido como Miguel de Cervantes Saavedra.
Celebro este nuevo libro del maestro Saúl Rosales que nos muestra cómo llevar a la práctica periodística las sabias enseñanzas cervantinas.
(Fragmento del texto leído en la biblioteca José García de Letona el día 26 de junio de 2012, en la presentación del libro Don Quijote, periodistas y comunicadores de Saúl Rosales Carrillo.)
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