La semana pasada comentamos brevemente respecto de los aspectos generales de propiedad intelectual que un pequeño o mediano negocio debe considerar para proteger adecuadamente su creatividad. Dentro del "checklist", que mencionamos, se encuentra lo siguiente: 1) Registro de marcas y avisos comerciales; 2) Registro de nombre de dominio; 3) Registro de derechos de autor; 4) Registro de patentes, modelos de utilidad; y 5) Registro de software ante el Instituto Nacional de los Derechos del Autor. Sin embargo, existe un aspecto igual de importante que, prácticamente todos los negocios que conozco están obligados a considerar, y ese es, la correcta protección de la información confidencial (secretos industriales) que guarda una empresa. En ocasiones anteriores, hemos hablado del caso Coca Cola y Pepsi Cola, compañías refresqueras que han logrado preservar la confidencialidad de su fórmula, por más de 100 años. Cuenta la leyenda que sólo existen 3 personas en el mundo que conocen la formula de cada uno de los refrescos, y que siempre viajan por separado, ¿será cierto? Es posible que sí. Sin embargo, la información confidencial de una empresa no sólo consiste en fórmulas, sino también en listas de clientes, rutas de entrega de productos, campañas publicitarias, estrategias de mercado, planes de expansión, recetas para la preparación de bebidas o platillos, entre muchos otros. Se dice que la información es poder, y estoy convencido de ello, quien tenga o haya tenido un negocio sabe lo que cuesta hacerse de proveedores que además de ofrecer un buen precio, den también un buen servicio en la entrega de producto, en la asesoría, etc. Igual relevancia adquieren, por ejemplo, las rutas de entrega, de hecho la información respecto de las rutas de entrega de Grupo Bimbo, es uno de los activos más importantes de la empresa transnacional, pero estoy seguro que igualmente lo es de las empresas locales que entregan cualquier producto alimenticio como tortillas, pan, leche, etc. Y ni se diga de la trascendencia que tienen las listas de clientes, con domicilios, teléfonos, correos electrónicos, datos del contacto de compras, observaciones respecto de los requerimientos del cliente, etc., máxime con la nueva Ley Federal de Protección de Datos Personales. Desafortunadamente, en términos generales, todo ello no se protege adecuadamente en nuestro país. ¿Cómo hacerlo? A través de Convenios de Confidencialidad que le hagan ver, claramente, a los empleados que tengan acceso a dicha información (que la ley estipula como "secretos industriales"), que el mal uso o divulgación de la misma es un delito que se castiga con cárcel, además de multas monetarias elevadas; dichos convenios podrían permitir la interposición de denuncias y demandas que, de llevar a un castigo a dichos empleados, pueda enviar un mensaje claro y contundente al respecto. Ojalá este año tu empresa sí proteja adecuadamente sus secretos industriales... hasta la próxima!!!
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