María del Rosario Espinoza se mantiene concentrada previo a su intervención en el torneo de taekwondo de los Juegos Olímpicos. (JAM MEDIA)
El anhelo es el mismo, aquel que la impulsó para ganar la medalla de oro en tierras orientales hace cuatro años. María del Rosario Espinoza se encuentra en suelo británico con la ilusión de subir a la parte más alta del podio. A Londres 2012 viene a luchar por el primer puesto en el taekwondo -de +67 kg femenil-. Hoy sábado es su cita con la historia.
"Es un sueño el poder alcanzar una medalla. Es el mismo anhelo de cuando obtuve la primera presea en Beijing. Ahora, llego con la misma ilusión de poder ganar un metal. Espero que llegue esta segunda", se sincera Espinoza.
La guerrera tricolor ha tenido una olimpiada muy diferente a la del ciclo anterior. En 2011 se le negaron los triunfos, cambió de entrenador y hasta quedó fuera de los Juegos Panamericanos de Guadalajara 2011. Un trago amargo para María.
Este año fue mejor bajo la dirección del entrenador cubano Pedro Gato. María ha depositado en él su confianza absoluta para trazar su camino de preparación.
"El que ya se tengan seis medallas ayuda a que haya menos presión. Mientras más preseas caigan es mucho mejor para nosotros. Mientras más podios junte México antes de competir nos ayuda", reconoce el orgullo de La Brecha.
María la guerrera. María la que está bañada en sudor tras el último entrenamiento en el complejo ExCel. Aquí inicia su camino a al segundo oro olímpico, cuando enfrente a la camboyana Davin Sorn, en punto de las 6:30 hrs (tiempo del centro de México). Es la segunda favorita, sólo por detrás de la francesa Anne Caroline Graffe.
Se trata de una cita con la historia por lo que se juega sobre el tatami. Patadas voladoras por volverse en doble medallista olímpica en versiones diferentes -tal como lo hicieron los clavadistas Joaquín Capilla y Paola Espinosa-, bloqueos por lograr un doble oro -que sólo ha logrado Humberto Mariles [individual y por equipo] y su corcel Arete en las mismas tierras londinenses en 1948.
"El llegar como abanderada es sólo motivación. Esta vez me tocó ser la que cargara la bandera, pero ya se acabó ese momento lindo. Para mí fue un privilegio. Ahora esto es muy diferente a lo que es competir", dice la sinaloense.
