Gran espíritu.Desde los nueve años de edad, María Esther perdió el movimiento de su cintura para abajo; pese a enfrentarse a la depresión y varios problemas personales logró salir adelante. Ahora, a sus 47 años entrena para representar a México en Londres 2012.
Para María Esther las limitaciones no existen. Es madre de tres hijos y atleta de oro en competencias nacionales y mundiales. En 2004 y 2005 fue reconocida como la mujer del año y a sus 47 años se apunta para Londres 2012.
María Esther Rivera Robles, originaria de Ciudad Obregón, Sonora, es una triunfadora en el ámbito deportivo, pero también es ama de casa, esposa, madre, hija y amiga; una mujer que le gusta luchar por sus objetivos.
"No es mi intención ser un ejemplo para los niños y los jóvenes, pero gracias a Dios mis mejores premios son cuando en la calle reconocen mi esfuerzo", comenta.
La sonorense abre las puertas de su hogar, un lugar impecable, en el que también se puede respirar la paz.
Ella perdió el movimiento de la cintura para abajo desde que era una bebé, pero no reniega de su condición, al contrario, convencida expresa: "Dios sabe por qué hace las cosas".
"A la edad de nueve meses contraje la polio, estuve a nada de morir. La gente le daba pocas esperanzas a mi madre. Perdí todo movimiento en mi cuerpo; mi madre me contó que sólo podía mover los ojos".
Con orgullo relata que su madre la atendió con remedios caseros y logró recuperar la movilidad de su cuerpo hasta la cintura.
Sonríe al recordar su niñez. Presume que vivió en un hogar donde siempre había con quien platicar, donde todo era movimiento.
"Jugaba como cualquier niña de acuerdo a mi movilidad, no pensaba en limitaciones".
"Cuando llegó la adolescencia todo cambió. Me di cuenta de mi discapacidad y rebelde renegaba de ello. Conforme pasó el tiempo aprendí a canalizar esa rebeldía, que me sirvió para madurar y aceptarme de nuevo como mujer, como lo que soy".
Ella es experta en el lanzamiento de jabalina, deporte que le ha permitido ganar más de 20 medallas de bronce, plata y oro en juegos estatales, nacionales e internacionales.
Dice que en la familia se halla el impulso para un lanzamiento perfecto a la vida: "Mi madre siempre me apoyó, mi padre también pero el falleció en 2003".
María Esther es la quinta de 12 hermanos. Está casada con Cecilio Castro Molina, también atleta paralímpico y contador. Además, es madre de Álvaro Alonso, de 17 años; Liván, de 14, y Cecilia Esther, de seis.
Esther Rivera ha obtenido para el municipio de Cajeme, Sonora, y para México muchos éxitos y el reconocimiento de revistas como Glamour en Español, en 2004.
"Me contactaron desde Miami, Florida, para darme el Premio a la Mujer del Año en la revista Glamour", rememora.
Un año después, la distinción vino del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres-Conade). El premio se otorgó a las féminas más destacadas en el ámbito deportivo, en la categoría de atleta con discapacidad.
DISCIPLINA QUE SURGIÓ DEL DOLOR
Esther es una mujer de disciplina férrea, no obstante el frío, calor, viento o lluvia, ella acude a su preparación al Centro de Entrenamiento Paralímpico que lleva su nombre en Ciudad Obregón, corazón del Valle del Yaqui.
Su inicio no fue obra de la casualidad, al parecer estaba predestinada para lo que es hoy: una de las atletas paralímpicas más destacadas en el mundo.
"Mi amor por el deporte surgió en aquellos días que tomaba la rehabilitación por la afectación de la polio en mi cuerpo; Dios sabe por qué hace las cosas, pues me gustó y empecé a ejercitarme en varias disciplinas".
"Entonces asistía a un patronato que se llama UNIFRAC y ahí nos hacían practicar con el lanzamiento de bala, de disco y jabalina, para poder generar fuerza en nuestros brazos, yo me incliné más por este último, y esto fue, si mal no recuerdo, en 1995".
Esther comenta que se ha ejercitado en varias disciplinas deportivas, como basquetbol, tenis de mesa y otros, pero el lanzamiento de jabalina es lo que más le gusta y satisfacciones le ha traído, "como mis hijos y tener un esposo que me apoya y entiende".
"A los 22 años inicié en las competencias nacionales celebradas en Sonora en 2002, cuando era gobernador, Armando López Nogales, ello me permitió formar parte de la Selección Paralímpica Nacional".
El universal