Más que un estilo
El minimalismo no es una tendencia nueva. Surge de un movimiento artístico llamado minimal art que apareció en Nueva York en los años sesenta tras el agotamiento de la modernidad. El término "minimal" fue utilizado por primera vez en 1965 por el crítico Richard Wollheim, en la revista Art Magazine para referirse a las pinturas de Ad Reinhardt.
En su ámbito más general, el minimalismo se refiere a cualquier cosa que haya sido despojada de elementos sobrantes y reducida a lo esencial, para así conseguir expresar el máximo con lo mínimo.
Este movimiento no sólo se aplica a la arquitectura, se extiende a diversas disciplinas relacionadas con el arte como escultura, pintura, danza, música, teatro e incluso moda y diseño de objetos y muebles. Un diseño minimalista no depende necesariamente de elementos específicos. Coexiste con numerosas tendencias, a veces antagónicas a su principio de simplificar todo al mínimo.
Como resultado de este entendimiento, podemos diseñar espacios rústico-minimalistas, contemporáneo-minimalistas e incluso barroco-minimalistas aunque parezca contradictorio. Estos híbridos siguen los esquemas del minimalismo en su simplificación conceptual y funcional, pero con elementos que evocan otros estilos.
Sea cual sea la variante de su elección, existen ciertas reglas a seguir para lograr un espacio minimalista:
El lienzo
Hay ciertos aspectos de la arquitectura de nuestro hogar que ciertamente no podemos modificar, como la estructura o la altura de los techos. Sin embargo existen recursos fáciles de aplicar que le ayudarán en la transformación de su espacio. El más sencillo es pintar las paredes y techo en un tono blanco o cualquiera de sus variantes. Puede eliminar las molduras de los techos y marcos, en caso de tenerlas, y cubrir las ventanas con persianas enrollables o tipo romana de corte simple y del mismo color de las paredes.
La depuración
La famosa frase "less is more" ("menos es más") de Mies van der Rohe es el lema a seguir en este caso. Conserve solo el mobiliario necesario y prescinda de todo lo demás liberando el espacio en sí. Si no quiere salir de ellos, puede reubicarlos en otra área donde funcionen mejor o puede guardarlos y alternarlos con los seleccionados. Al principio el ambiente se sentirá desnudo y austero, pero al ser despojado de toda distracción conseguirá serenidad y tranquilidad.
El orden
El concepto minimalista es sumamente controlado y ordenado: nada esta allí por casualidad. Cada elemento que lo compone tiene una función y es seleccionado cuidadosamente para cumplir con ella. Los objetos que no son de uso continuo puede almacenarlos fuera del alcance de la vista. Si no posee armarios, puede optar por consolas o gaveteros. Actualmente existen en el mercado sofás, mesas y hasta camas con espacio para almacenaje.
La esencia
El uso de los materiales debe ser sumamente honesto, todo es lo que parece ser. Nada intenta aparentar o disfrazar su naturaleza. En este caso, los materiales como madera, piedra, vidrio y metal se exponen en su forma más pura. El uso de los textiles se limita a las fibras naturales como cuero o lana, entre otros, pero siempre en tonos neutros y sin estampados. Las plantas o flores naturales son otro recurso para este tipo de decoración y aportan cierta suavidad. Coloque una o dos plantas para interiores, escójalas según el tamaño, color y forma de sus hojas. Recuerde que nada queda al azar en este estilo.
La proporción
A primera vista el minimalismo perece muy simple, se destaca por la composición geométrica y la ausencia de elementos ornamentales; pero su equilibrio radica en las proporciones y en la exquisita escogencia de cada elemento. En una decoración minimalista, la proporción es la clave. Utilice pocos muebles u objetos utilitarios, pero de gran tamaño. Trate de prescindir de los pequeños y concéntrese en las piezas que tengan presencia.
El acento
Este estilo suele ser considerado como frío e impersonal pero puede darle un giro si utiliza una pieza inesperada que sirva de punto focal. Bien sea una obra de arte o una lámpara, siempre hay un protagonista que destaca sobre los neutros. La selección de esta pieza será precisamente la que aporte personalidad y carácter al espacio. El minimalismo entonces, no es solo un estilo, es un concepto que transmite serenidad, equilibrio y control. Es por ello que cada vez tiene más seguidores. Lo llevará a ser selectivo para reducirse a lo esencial. Lo conducirá a enfocarse en lo que es realmente importante y a adquirir menos cosas de mucha mejor calidad y diseño.
Este movimiento abarca otros ámbitos además de la decoración, en la cual puede coexistir con estilos en apariencia antagónicos.