Durante mayo de este año, la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) reportó una caída de 4.02 por ciento, siendo el peor mes del año y desde septiembre de 2011 para el mercado accionario, debido a la incertidumbre por la crisis europea.
En general, el quinto mes de 2012 fue desfavorable para las bolsas del mundo y para los precios de las materias primas, que retrocedieron ante la mayor aversión al riesgo provocada por los eventos políticos y económicos internacionales, explicó la analista de Acciones y Valores Banamex Casa de Bolsa, Cecilia del Castillo.
Adicionalmente, dijo, la fortaleza del dólar provocó que las bajas en términos de dólares se acentuaran, por lo que con estas caídas las ganancias acumuladas en la mayoría de los índices desaparecieron.
“Nuestros estrategas opinan que la crisis en Europa seguirá teniendo efecto en los mercados accionarios de Latinoamérica, a pesar de que la exposición económica de la región al continente europeo es limitada”, resaltó.
Aun así, los mecanismos de transmisión a los mercados latinos son la mayor aversión al riesgo en el corto plazo y el impacto en los precios de las materias primas en el largo plazo. De darse cierto alivio a los temores de contagio, es probable que los mercados accionarios de la región muestren un alza, pero la incertidumbre es elevada, resaltó.
Precisó que en relación con Europa la incertidumbre y el nerviosismo prevalecen respecto a varios temas, y la adversa situación económica y la crisis de deuda soberana y bancaria siguen creciendo.
Entre los eventos que podrían proporcionar algo de claridad están la reunión y conferencia del Banco Central Europeo el próximo miércoles; los resultados de las elecciones del 17 de junio en Grecia; y la definición sobre la permanencia o salida de Grecia de la Unión Monetaria Europea.
En Estados Unidos, la debilidad de los datos de empleo, producción, vivienda y confianza del consumidor causaron nuevas dudas sobre la evolución de la economía del vecino país.
De manera adicional, los débiles datos de producción industrial de mayo en China y los de producción y crecimiento del PIB en Brasil contribuyeron al pesimismo de los inversionistas, puntualizó la analista.