Los médicos que atienden la agresión adolescente por inadaptación recurren con mayor frecuencia a los tratamientos con sicotrópicos, ignorando el contexto familiar y social en que surgen los síntomas agresivos.
Los médicos que atienden la agresión adolescente por inadaptación recurren con mayor frecuencia a los tratamientos con sicotrópicos, ignorando el contexto familiar y social en que surgen los síntomas agresivos, aseguran investigadores pediátricos.
Según estudios de un grupo de expertos y que difunden la Academia Estadunidense de Pediatría (AAP), en estos diagnósticos existe poca o nula comprensión de las condiciones psiquiátricas subyacentes que pueden estar asociadas con la agresión de adolescentes y que son esenciales para planear el tratamiento.
Los resultados de la indagación, a cargo de Penelope Knapp, del Departamento de Psiquiatría de la Universidad de California, destacan que hay múltiples modalidades de tratamiento para este problema juvenil.
Sin embargo, la orientación para la evaluación de los médicos y las estrategias de tratamiento se han desarrollado en forma inadecuada, apuntan.
El grupo de investigadores incluye a especialistas de la Universidad Rutgers, de Nueva Jersey, así como de hospitales de Nueva York y Minnesota.
Los expertos recomiendan en la actualidad tratamientos basados en la evidencia de la agresión en la juventud inadaptada e incluyen evaluación y diagnóstico, áreas de participación familiar y un manejo inicial adecuado para su uso por los médicos de atención primaria y proveedores de salud mental.
Aseguran que la agresión por inadaptación es cada vez más tratada con medicamentos psicotrópicos, en especial la segunda generación de agentes antipsicóticos.
Y consideran que tanto en la evaluación, como en el diagnóstico y la selección del tratamiento e iniciación del mismo, la participación de la familia del menor es requisito fundamental.
El equipo llegó a esta primera conclusión a partir de la recolección y evaluación de evidencia en un proceso de varios pasos que incluyó una revisión sistemática de la literatura publicada y del estudio de expertos sobre prácticas de tratamiento.
También arribaron a esa conclusión basados en la discusión entre investigadores, médicos, políticos y defensores de la familia, así como la posterior revisión de un comité de sucesivos borradores de las recomendaciones en las que trabajan los especialistas.
En un segundo paso de la investigación, coordinado por Nancy Scotto Rosato, de la Universidad Rutgers, ubicada en New Brunswick, Nueva Jersey, se concluyó que el tratamiento de este tipo de agresión juvenil es un “blanco móvil” que requiere la asimilación continua de nuevas pruebas en la medida que emerge.
“Sobre la base de la evidencia existente, el tratamiento sugerido de la agresividad en la juventud inadaptada proporciona un marco apropiado para su uso por los médicos de atención primaria y los proveedores de salud mental, en el ámbito de las intervenciones psicosociales, uso de medicamentos y manejo de efectos secundarios”, dice el resumen del estudio.
Las investigaciones llevan a la fecha 11 recomendaciones definidas para el tratamiento de la agresión de la juventud inadaptada, que incluyen evaluación de factores psicosociales y capacitación de padres, como primer línea.
Asimismo, la orientación de trastornos subyacentes en la selección de tratamiento con medicamentos, como el riesgo cardiovascular.
En este punto, los investigadores advierten que el uso de fármacos para el tratamiento debe decidirse con la mejor base de datos, evitando recetar múltiples medicamentos psicotrópicos.
Al mismo tiempo, señalan, la administración de los fármacos debe ser bajo una cuidadosa supervisión de la respuesta a través de escalas estructuradas de calificación y una estrecha vigilancia médica de los efectos secundarios, incluyendo los cambios metabólicos.
